AMLO vs. Nueva Izquierda

Comentaba hace poco con un senador del PRD la instrucción de Andrés Manuel López Obrador, a los legisladores de su partido, de no negociar nada en el Congreso de la Unión. "Cuántas veces Andrés ha dicho lo mismo, y cuántas veces hemos negociado aquí", ilustró el legislador, un tanto molesto, como queriendo decir que la palabra del legítimo ha dejado de ser ley entre los integrantes de la corriente Nueva Izquierda, también llamados Los Chuchos, y que su radicalismo ya los tiene hartos.
En el lopezobradorismo, la trinchera de enfrente, hay sospechas de que Los Chuchos han tendido puentes con el gobierno de Felipe Calderón, aunque no saben cuándo ni con quién ni cómo. El ya inocultable distanciamiento de Nueva Izquierda con los seguidores de Andrés Manuel ha colocado la primera piedra para la formación del Tucoch (Todos Unidos contra Los Chuchos), de cara a la renovación de la dirigencia nacional del PRD.
El mismísimo Jesús Ortega, coordinador del Frente Amplio Progresista y dirigente de Nueva Izquierda, ha enviado señales de lo mal que andan sus relaciones con el legítimo. Ya no se para en las juntas que éste encabeza cada lunes en el "Palacio de Gobierno" que tiene en las calles de San Luis Potosí.
En esa difícil coyuntura se llevará a cabo, la semana próxima, la tercera Convención Nacional Democrática, a la que se adhiere el inexistente Frente Amplio Progresista (PRD, PT, Convergencia) y que hasta el momento ha demostrado que ni es Frente ni es Amplio. Los partidos que lo integran no han podido concretar alianzas en casi ninguna entidad donde ha habido o habrá elecciones este año. "El objetivo de la Convención es crear un solo polo de izquierda", nos dijo ayer Ricardo Monreal, quien todavía no le acaba de pagar la franquicia de senador al legítimo.
-Al PRD, por cierto, se le ha llenado el tablero de focos rojos en Zacatecas. Las diferencias entre amalistas y monrealistas le han pavimentado el camino a la derecha para recuperar posiciones. Es el caso de la ciudad de Zacatecas donde, según las más recientes encuestas, el PAN le lleva ya cinco puntos de ventaja al PRD. En Arsenal les podemos adelantar que hay negociaciones entre lo que los franceses llamarían les frères enemies (hermanos enemigos), la gobernadora Amalia García y el senador Ricardo Monreal, para encontrar un camino que evite que la capital del estado les sea arrebatada por la derecha. Los contactos se iniciaron el pasado jueves. Hay que ver si el encono entre ambos no derriba el último puente hacia el Cerro de la Bufa.
-El senador Humberto Aguilar nos confirmó que sí quiere ser presidente del PAN, pero también aclaró que aún no tiene decidido si se postula. El ex subsecretario de Gobernación, hombre de todas las confianzas de Santiago Creel, pospuso hasta noviembre su decisión. Quiere medirle el agua a los camotes, antes de lanzarse al ruedo. Él piensa que sus posibilidades de suceder a Manuel Espino en marzo próximo están en el requerimiento de poner en la dirigencia a un panista neutral, que facilite la reconciliación entre calderonistas y espinistas.
-Ayer adelantamos en este espacio que uno de los cuatro temas acordados para el próximo período extraordinario de sesiones en el Congreso es el de la Ley de Seguridad Pública. El titular del ramo, Genaro García Luna, habló del tema en conferencia de prensa. Manifestó su confianza de que la citada ley podrá incorporarse a la agenda de ese período. Explicó los objetivos de la iniciativa. "Buscamos tener mayor capacidad técnica para combatir el crimen y que sea la autoridad quien tenga el peso, la carga de la prueba, para poder tener con qué afrontar al crimen", dijo.
-Los maestros de la CNTE dejaron plantado ayer al secretario del Trabajo, Javier Lozano, a quien le prometieron una masiva "visita de cortesía" como las que han hecho a Los Pinos o al ISSSTE. Los que sí llegaron fueron decenas de granaderos que se apostaron en las faldas del Ajusco, para que luego no digan que Marcelo Ebrard no protege a sus críticos. Los maestros prefirieron irse al Senado. En la STyPS se preguntan si el cambio de planes no fue diseñado desde el GDF, para no dar lugar a que se reviva la polémica de la semana pasada.