Del divorcio a la luna de miel.

La imagen, publicada en la primera plana de casi todos los diarios nacionales, era reflejo de la luna de miel que viven Cuba y México, después del grosero “comes y te vas” de Vicente Fox. Los presidentes Felipe Calderón y Raúl Castro, dándose la mano, muy sonrientes, en la cumbre de líderes latinoamericanos, celebrada en Bahía, Brasil.

A algunos, como mi admirado amigo Jorge Castañeda, no les ha gustado la reconciliación con el régimen castrista. El ex canciller ha repetido, en múltiples entrevistas, que Calderón “juega para la taquilla.” El Güero tampoco se ha olvidado de hacer notar que, en los dos años que lleva en la presidencia, Felipe no ha realizado una sola visita de estado a Washington.

No hace falta decir que si Calderón no ha visitado la capital estadounidense, es porque no lo han invitado. George Bush nos ha ofrecido pruebas fehacientes, en sus dos periodos como jefe de la Casa Blanca, que las relaciones con México le importan un comino. Simplemente no estamos en su radar.

El peor presidente de Estados Unidos, así lo definió el escritor Carlos Fuentes, ha visitado el país apenas dos veces en casi ocho años. ¿Cree usted que algo cambiaría positivamente si Calderón visita Washington? ¿Vale la pena estar distanciados de Cuba para no molestar a los gringos? Francamente no lo creo.
Para los cubanos, en cambio, es el reencuentro histórico con un país que le sirvió de plataforma al comandante Fidel Castro para hacer su revolución

Estoy convencido, y que me perdone El Güero, que al primero que le hubiese dado gusto el reencuentro de México con Cuba, si viviera, es a don Jorge Castañeda de la Rosa, padre del ex canciller, y uno de los mejores secretarios de relaciones exteriores que hemos tenido.

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A estas horas ya está en altamar el segundo barco mexicano con exiliados cubanos que el gobierno de Felipe Calderón, en cumplimiento del acuerdo migratorio firmado entre los dos países, envió a la isla, en el marco de la normalización de las relaciones diplomáticas. No pudimos averiguar cuantos cubanos fueron obligados a regresar a la isla. En el primero fueron 39.

El régimen de Raúl Castro considera el tema de la migración como de seguridad nacional, desde que Estados Unidos hizo saber a La Habana que si 300 cubanos llegan a su territorio diariamente, durante un mes, su seguridad interna se vería amenazada y, por lo tanto, podría intervenir militarmente en la isla.

La migración es uno de los tres temas torales que hicieron difícil la relaci+ón de México con Cuba. Los otros dos son las votaciones en la trasformada Comisión de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, y una deuda de 400 millones de dólares que los cubanos ya reconocieron, y renegociaron.

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Otra vez los legisladores metieron la pata. Se convirtieron en vehículo de la PGR para vetar en forma definitiva el acceso público a las averiguaciones previas, aunque estas hayan concluido definitivamente. Eso es lo que contiene la reforma al artículo 16 del Código Federal de Procedimientos Penales que recién aprobaron.

Estoy seguro, porque los conozco, que la mayoría ignora que sirvió a la causa de la Procuradoría General de la República, que desde el 2007 ha sostenido que en las averiguaciones previas debe prevalecer una reserva absoluta, sin posibilidad de distinguir el estado en que estas se encuentran.

Otra de las “bondades” de esa reforma es que será imposible conocer qué servidores públicos estuvieron a cargo de la investigación, o de su promoción ante los tribunales judiciales.

El IFAI ya puso el grito en el cielo, difundió ayer un comunicado en el que destaca que lo anterior no puede, ni debe, constituirse en una regla general, sino en una excepción para los servidores públicos, que por la función que desempeñan, o por los asuntos que conocen, por ejemplo, delitos relacionados con la delincuencia organizada, requieren un tratamiento especial.

“Es pertinente ponderar si la reforma cumple con el mandato del Constituyente establecido en la reciente adición al artículo Sexto constitucional, que consagra, como uno de los principios que deben regir en el derecho fundamental de acceso a la información, el que toda la información en posesión de cualquier autoridad es pública, y sólo podrá ser reservada temporalmente, y por razones de interés público”, dice el comunicado

Puntualiza: “La reserva permanente de todas las averiguaciones previas no parece cumplir con ese principio constitucional.”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiene toda la razón Castañeda. Es un retroceso vergonzoso para una supuesta democracia avalar a una de las peores dictaduras en el planeta.

¡Calderón es un pelele!

Anónimo dijo...

Creo que Francisco Garfias se equivoca. No se trata de estar alejado del gobierno cubano para complacer a los norteamericanos. Se trata de alejarse para no validar a una dictadura, a un gobierno cínico y represor, como el cubano. Es lamentable que Calderón, siendo un demócrata, se reúna con un dictador.