Oferta rechazada.

Va una anécdota que ilustra el sospechosismo que prevalece entre las relaciones entre los dos poderes. Nos confirmaron ayer que hace cosa de mes y medio, los diputados que integran la Comisión de Seguridad comieron con el Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en sus oficinas de Constituyentes.

El titular de la SSP, a quien le ha ido como en feria últimamente en los medios de comunicación, intentaba persuadir a los reticentes legisladores de la importancia de reforzar, desde el Congreso, las acciones del Gobierno Federal en el combate a la delincuencia

-- Lo que quieres es más poder – le dijo, desconfiado, uno de los diputados.

--No, lo que quiero es que esto funcione—replicó el secretario.

-- Quieres ser senador…

-- No, tampoco.

-- ¡Ah, tú eres de Hidalgo, quieres ser gobernador…!

-- ¡No, yo soy del Distrito Federal ¡

Llegaron a ser tan insistentes, que García Luna se ofreció a firmar, en presencia de un notario público, un documento que incluyera el compromiso de no buscar ningún cargo público en los próximos tres años. Nadie le tomó la palabra. “No te vamos a perjudicar en tu carrera política”, manifestó uno de ellos.

Le preguntamos al diputado del PRI, Francisco Rivera Bedoya, presidente de la Comisión de Seguridad, sobre la versión, narrada a este reportero por un testigo presencial. “No recuerdo muy bien; fue una reunión muy rápida, si lo dijo, no fue un tema que llamara la atención…”, evadió.

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Los pronósticos optimistas de los diputados volvieron a fallar. El anhelado acuerdo para aprobar la Ley de Seguridad Pública nomás no llega. Hoy, por lo menos, no será presentado el dictamen en el pleno, como nos aseguraban tirios y troyanos el pasado viernes.

Rivera Bedoya confirmó a este espacio que el tema de la “coordinación obligatoria” y la posibilidad retener los recursos a cualquier estado o municipio que se rehúse a cooperar con la Federación, se mantiene como un punto critico en las negociaciones. La Comisión de Seguridad volverá a reunirse este martes a las 17 horas “para tratar de terminar con esto…”

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Fidel Herrera sacó su “teléfono rojo” y marcó el número de alguno de sus asistentes. Quería información sobre el desayuno de los dos años de Felipe Calderón en la presidencia de la República. Al evento asistieron 12 gobernadores –siete del PAN y 5 del PRI. “Fue una asamblea…”, sintetizó la voz, del otro lado de la línea.

El gobernador de Veracruz pidió entones a su interlocutor, a quien no identificó, gestionar ante las autoridades federales el traslado a prisiones de alta seguridad de “un grupo de narcos” que mantiene detenidos en el cuartel San José. Los delincuentes están resguardados por 140 integrantes del Ejército y la policía que no se pueden mover de allí, mientras no se lleven a los detenidos.

Ya encarrerado, y una vez que terminó la llamada, el veracruzano criticó la falta de coordinación que existe entre los tres niveles de gobierno, en la lucha contra el crimen organizado. “No debemos exhibir nuestras diferencias; lo peor es que los narcos se den cuenta de que nos estamos dando de madrazos entre nosotros”, puntualizó.

Herrera se encontraba en la sala VIP del Centro de Convenciones de Tampico. Era uno de los cinco gobernadores que acompañaron al tamaulipeco Eugenio Hernández en su IV Informe de Gobierno. El mandatario tamaulipeco mantuvo intacto el ceremonial de antaño. “Yo ya no hago Informes así. Lo entregó por escrito al Congreso y esto por dos razones: sale más barato y no tienes a la oposición encima….”

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El Informe de Hernández fue una fiesta priísta. Allí estaban Beatriz Paredes y Manlio Fabio Beltrornes; los gobernadores Miguel Osorio Chong, Hidalgo, Ulises Ruiz, Oaxaca, Ismael Hernández Deras, Durango; Humberto Moreira, Coahuila; y Natividad González Paras, Nuevo León, Carlos Romero Deshamps, líder del sindicato petrolero. Con la representación del presidente acudió Luís Téllez, secretario de Comunicaciones y Transportes.

Solo faltó el diputado Emilio Gamboa, jefe de la bancada tricolor en San Lázaro. Un evento familiar de importancia mayúscula impidió su presencia en el Centro de Convenciones de Tampico. Su hija lo hizo abuelo por tercera vez. Los mandatarios panistas, todos, estaban con el presidente Calderón. Los perredistas brillaron por su ausencia. No figuran en la entidad.

En su largo Informe, duró casi dos horas, el góber tamaulipeco le pidió a Téllez que le llevara un mensaje a Felipe. “Dígale al señor presidente que Tamaulipas valora su determinación y firmeza para que el nuestro sea un país donde impere la Ley”, dijo.

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