Contrastes.

Resulta por demás extraño que el Gobierno del Distrito Federal haya organizado, el mero día de la amistad, un mega concierto en el Zócalo, con Vicente Fernández como estelar, y no le haya pagado un sólo centavo a 92 empleados del hospital Gregorio Salas de esta capital –médicos, camilleros, enfermeras, administrativos- en lo que va del año.

Peor aún. Los recursos federales con los que opera ese hospital ya fueron entregados por el Seguro Popular a la secretaria de Salud del DF, pero se quedaron atorados en alguna parte, según denuncia recibida en esta columna y respaldada con nombres y firmas.

“No nos han pagado ninguna quincena en lo que va del año, tampoco nos dicen para cuando... sólo son rumores de que tal vez el día 15, tal vez el viernes, tal vez después de las seis. Nadie sabe cuando, ni porqué”, dice el correo de los quejosos.

Ya le enviaron una carta a Armando Ahued Ortega, titular de Salud en el GDF, para manifestar su inconformidad, pero ni caso. Apenas ayer entregaron otra dirigida al jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, en la que piden su intervención para que se les cubran los adeudos. “Estamos viviendo momentos desesperantes, teniendo que pedir dinero prestado, hasta para comer”, subrayan.

El GDF tiene 26 hospitales en la Ciudad de México. En el Gregorio Salas son 92 los empleados a los que no les han pagado. ¿Y en los demás? Es pregunta.

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Los senadores del PAN, el partido en el gobierno, se le salieron de guacal a la Secretaria de Hacienda. Los muchachos de Carstens, junto con los del Banco de México, gestionaron un encuentro de los legisladores con los banqueros. La tirada era disuadir a los legisladores de conformar un paquete de medidas para reducir los márgenes de intermediación y las comisiones por el cobro de los servicios financieros. “Los mandamos a volar”, nos dijeron en Xicoténcatl.

El tema de la reducción de las comisiones en los bancos saca chispas. Es uno de los compromisos incluidos en el documento final del foro México Ante la Crisis ¿Qué hacer para Crecer? Que todos los partidos dicen respaldar, por lo menos verbalmente. A ver a la hora de la hora no se rajan y dejan las comisiones por las nubes.

Otro punto al que no podemos quitarle el ojo es al presupuesto de egresos para el 2010. EL debate mas difícil gira en torno al tema de cómo reemplazar los 300 mil millones de pesos que dejaran de ingresar en las arcas del gobierno federal por la caída de los precios –y de la producción—de la mezcla mexicana de petróleo. Los ortodoxos rehúsan recurrir al déficit para financiar el gasto público, como lo hacen actualmente otros países, pero en el Congreso están convencidos de que no va a quedar de otra.

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La iniciativa que el PVEM presentó para que la pena de muerte se aplique a los secuestradores que mutilan o asesinan a sus victimas, no tiene viabilidad. Lo saben hasta los propios legisladores de ese partido, quienes se han colgado del tema para salvar su registro.

“Es un tema complicado”, reconoció el senador Arturo Escobar, coordinador de la bancada del Partido Verde en la Cámara alta. Reconoce, sin embargo, que el tema es muy rentable en términos electorales. “El 90 por ciento de los mexicanos la aprueba, y somos el único partido político que la promueve”, puntualizó.

Los amigos de Jorge Emilio González se darían por satisfechos si la iniciativa es dictaminada en comisiones y el debate llega al salón de plenos. “Allí se vería quien si y quién no, y con que argumentos”, nos dijo Escobar.

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No estaría de más que nuestros políticos se asomen a la encuesta sobre la discordia y la concordia, que publica el último número de la Revista Nexos.

Allí se podrán dar cuenta que los mexicanos rechazan los plantones, golpes, insultos y tomas de tribuna. Pero también que los enfrentamientos en el Legislativo causan indignación, y que la incompetencia de los gobiernos deprime.

No hay nada respecto a la política que les provoque orgullo ni entusiasmo. Tampoco aprueban la intervención de la fuerza pública para disolver protestas. Prefieren que la discordia se resuelva a través del diálogo y la conciliación.

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Lo que ayer fue noticia de primera plana en diarios de circulación nacional lo adelantamos aquí el 6 de febrero, bajo le título de Purigate. Escribimos entonces:

“El watergate de Purificación Carpinteyro es un asunto muy oscuro, enredado, lleno de contradicciones. A la ex subsecretaria de Comunicaciones y Transportes no sólo le salió el tiro por la culata, y se quedó sin chamba, sino que ahora surge otra versión que involucra a Héctor Osuna, titular de la Cofetel.

“Una fuente de primerísimo nivel refiere que el propio Luis Téllez contó que Carpinteyro ha comentado que la grabación que supuestamente compromete al secretario de Comunicaciones y Transportes se la proporcionó Osuna”.