“Que la boca se le haga chicharrón…”

Gerardo Ruiz Mateos es el secretario peor calificado en el gabinete de Felipe Calderón. No lo quieren ni sus pares. Uno de ellos nos mandó un recado de que era ofensivo que lo comparara con él, cuando aquí hablamos de los presidenciables del PAN.

Y es que las pifias de este ingeniero industrial, cuyo mérito principal para suplir a Eduardo Sojo es ser amigo del presidente, ya son incontables.

¿Quien no recuerda su desafortunada declaración de octubre pasado de que era ocioso armar planes de contingencia, ante una crisis que no nos había tocado? ó aquel comentario de que reactivar la banca de fomento es una “política ochentera”.

El titular de economía incursionó ayer en terrenos que le son ajenos. Se metió en política y en seguridad. En mala hora. De gira por Paris, Francia, tuvo la ocurrencia de su vida: asegurar que el próximo presidente de México sería un narcotraficante, si Felipe no le hubiera entrado de lleno al combate contra el crimen organizado.

Se puso, como se dice coloquialmente, de pechito.

En tono que no quería ser burlón, sino lo que le sigue, el senador del PRI, Manlio Fabio Beltrones, opinó sobre las declaraciones de Ruiz Mateos y, de paso, le dio un rozón a Alberto Cárdenas. “como dijo el filósofo de Agricultura: que la boca se le haga chicharrón…”.

El sonorense nos hizo notar que si el trabajo de Ruiz Mateos en economía “no sirve”, está menos que calificado para hacer profecías políticas.

“No tiene ni idea de lo que está diciendo”, nos dijo, por separado, el senador Francisco Labastida, ex candidato presidencial del PRI, quien del tema sabe un poquito. Fue gobernador de Sinaloa y vivió en carne propia las amenazas del crimen organizado.

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Marcelo de los Santos tiene un “favorito único” para sucederlo en el Palacio de Gobierno de San Luís Potosí. Se llama Alejandro Zapata Perogordo. Por lo menos es lo que nos asegura. “No se equivoquen, solo tengo un candidato; quiero que gane el PAN”, dijo, en la breve charla que sostuvimos en el restaurante Casa Bell, de la Zona Rosa.

Marcelo fue puesto bajo sospecha de haber metido las manos en las elecciones para elegir al candidato del tricolor en SLP. Sabe que “prominentes priistas” (Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña Nieto) juran que el gobernador les ganó la partida en la movilización de votantes.

El delfín de Beltrones y Peña Nieto era el diputado federal Jesús Ramírez Stabros. Pero a la hora de contar los votos, el que ganó, en forma sorpresiva, fue Fernando Toranzo, ex secretario de salud del gobierno panista.

Antes de los comicios nadie daba un cinco por Toranzo. Los encuestadores nacionales ni siquiera lo midieron. No figuraba por ninguna parte. Pero oficialmente fue el vencedor. Los priistas acusan ahora al gobernador de sacárselo de la chistera.

Nos acercamos al mandatario potosino para preguntarle sobre la inesperada renuncia de Alejandro Perea Sánchez, su nuevo secretario de Salud, cercano al ahora candidato del Partido Revolucionario Institucional. El hombre duró en el cargo menos de un mes. Lo asumió cuando Toranzo dejó la secretaría para buscar la candidatura.

La intempestiva renuncia desató toda clase de rumores. A este reportero le llegó la versión de que Perea se iba, porque había detectado un mega desvío de recursos durante la gestión de Toranzo. La versión venia acompañada de notas publicadas en periódicos de San Luís.

“Eso es absolutamente falso”, reviró enfático, el gobernador De Los Santos. Reconoció que fue él quien le pidió a Perea que dejara el cargo. Los rumores de que preparaba la estructura de salud en el estado para respaldar a Toranzo, le hacían daño a Marcelo. No había modo de sostenerlo. “Lo entendió muy bien”, nos dijo.

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Nos cuentan que a Fernando Elizondo, candidato del PAN al gobierno de Nuevo León, ya se le subieron los humos. En un programa de televisión, transmitido el pasado domingo en Monterrey, retó al conductor, Gregorio Martínez, a que hiciera una encuesta para ver de qué lado masca la iguana. “La gente quiere ser gobernada por Fernando Elizondo”, aseguró sobrado.

En el PRI, no ven mal tanta arrogancia. “Esos niveles de soberbia nos facilitan las cosas”, comentó el diputado federal, Ricardo Canavati.

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Ismael Romero, un experimentado reportero, fue designado ayer encargado de despacho en Comunicación Social del Instituto Federal Electoral. Permanecerá en el cargo mientras, Leonardo Valdés, consejero presidente, encuentra a su nuevo vocero. Néstor Martínez, el anterior director de Comunicación Social, renunció al cargo “por falta de apoyo”.

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