Marcelo, non grato.

Todo estaba dispuesto para la presentación, ayer, de la Fundación Benito Juárez García. Las invitaciones enviadas por la familia del “mejor presidente que ha tenido México” anunciaban que la ceremonia se realizaría a las 19 horas, en el Patio Mariano de Palacio Nacional.

Pero hubo un detalle que de última hora obligó a la familia de Juárez a mudar la ceremonia de lugar. Uno de los invitados de la familia de Don Benito era nada menos que Marcelo Ebrard. Así lo comunicaron a la Secretaria de Hacienda, que tiene a su cargo el Palacio Nacional, sin sospechar que el jefe de Gobierno del DF sería declarado, en los hechos, persona non grata por los chicos de Carstens.

Los familiares de Juárez insistieron en la presencia de Marcelo. Volvieron a toparse con un ¡no! contundente. Fue entonces cuando decidieron llevarse la fiesta a otro lugar: el Palacio del Ayuntamiento.

La increíble historia nos fue contada por colaboradores de Marcelo. Es una muestra de lo pequeñitos que pueden llegar a mostrarse en la SHCP. No hubo explicación oficial sobre los motivos de la negativa.

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El senador Santiago Creel estaba ayer que tronaba. Encontraba “absurdas” e “inoportunas” las declaraciones de Fernando Gómez Mont, en el sentido de que Fox fue omiso en la lucha contra el narcotráfico. Pero aún. Fueron pronunciadas en el tercer año de gobierno de Felipe Calderón.

Las “observaciones” del secretario de Gobernación no sólo lo dejaban mal parado (fue titular en Bucareli) sino que iban en contra de la estrategia panista, acordada recientemente, de acabar con el fuego amigo y enfocar las baterías hacía los gobiernos locales que, subrayó, “no hacen absolutamente nada” para combatir el crimen organizado.

¿Cómo explicar que quienes ahora están a cargo de combatir al crimen organizado son los mismos que lo hacían en el sexenio de Vicente Fox? preguntaba, irritado, el legislador.

No le faltaba razón. El procurador Eduardo Medina Mora, era secretario de Seguridad Pública en épocas de Fox; Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, el mero mero de la AFI; El General Galván, titular de la Defensa, se desempeñaba como subsecretario de la Defensa; Jorge Tello Peón, asesor presidencial en materia de seguridad, era subsecretario de Seguridad Pública, encargado de los reclusorios (remember el Chapo Guzmán).

“Si hubiese algún cuestionamiento a la administración del presidente Fox, ciertamente no se hubieran designado quienes estaban en funciones, y a cargo del combate al crimen organizado, durante la administración pasada”, recalcó.

Ya encarrerado, el legislador azul destacó que en las explosivas declaraciones que formuló Gómez Mont, no tomó en cuenta los índices de violencia que hoy tenemos y los que había con Fox. “Ahora es el doble”, dijo.

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Subirse el sueldo con recursos públicos, cuando todo México se aprieta el cinturón, es una desfachatez. No cabe otra expresión. El acuerdo de los consejeros electorales del IFE para incrementarse un 46 por ciento las percepciones anualizadas, le dio en la madre a la poca credibilidad que le quedaba a la autoridad electoral.

Este reportero sabe que un “consejero antiguo” fue de los que con más ahínco empujó el insultante incremento. Cuando a ese consejero se le hizo ver que no era el momento, sacó a relucir el cobre. “Nunca es el momento”, reviró. Algunos consejeros nuevos, contaminados por la avaricia, votaron a favor del acuerdo.

Buscamos a Benito Nacif, uno de los nuevos, para pedirle opinión. Negó que el aumento fuese de 100 por ciento, como se publicó. Aseguró que el salario mensual neto de los consejeros pasaría de alrededor de 160 mil pesos a “más de 200 mil”. Nada mencionó sobre bonos y compensaciones.

Manifestó también que será decisión de cada consejero aceptar o no el
incremento. “¿Y tú qué vas a hacer?” cuestionamos. “Todavía no sé”, repuso.
Los consejeros hicieron público un comunicado en el que justifican el incremento. ”Hace cumplir la Constitución”, aseveran. ¿Cínico verdad?

¡Aaaay Luís Carlos, como te extrañamos…!

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Va una alerta: En el Aeropuerto de la Ciudad de México, la delincuencia tiene un nuevo modus operandi: la extorsión en los túneles de acceso, antes de abandonar las instalaciones, a personas que nos visitan del extranjero. Fue el caso de una ciudadana estadounidense. Elementos de seguridad interna a interrogaron, intimidaron y acusaron sin fundamento.

Ahora que las autoridades capitalinas trabajan en un diagnóstico integral para mejorar la seguridad en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, sería conveniente enterarlos de que el problema comienza en la zona federal, es decir, dentro del Aeropuerto.