Engordar la caballada.

A Josefina Vázquez Mota le vino bien dejar la Secretaria de Educación para buscar una diputación plurinominal. Algunos analistas y columnistas la colocaron de inmediato como precandidata a la presidencia de la República; otros la hicieron coordinadora de la fracción del PAN en la Cámara de Diputados.

Despacio que voy de prisa, decía Napoleón. Los que la ven como sucesora de Héctor Larios en San Lázaro deberían remitirse al compromiso asumido en Tijuana por Germán Martínez, en julio del año pasado. En esa ocasión, el jefe nacional del PAN dijo que el próximo coordinador de la bancada debe ser un diputado de ma-yo-ría. Lo repitió posteriormente con los jefes estatales. Claro que el presidente del PAN tiene la opción de no respetar su palabra, pero tendría sus costos

Josefina puede, eso sí, ser la presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados. El cargo da para proyectarse. Lo vimos con la perredista, Ruth Zavaleta. Lo malo, para la ex titular de la SEP, es que el cargo sólo dura un año.

Algunos observadores han ido lejos y la colocan en la misma pista que el priista Enrique Peña Nieto y el perredista Marcelo Ebrard. Otros, mesurados, aseguran que con el movimiento de Josefina, el PAN quiere engordar una caballada que no está flaca, sino lo que le sigue.

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En este espacio hemos hablado de la estrategia del PRI para responder a la ofensiva de Germán Martínez de asociarlos con el crimen organizado. Van a responder en varios frentes. Ya adelantamos que utilizarán la discusión de las cuentas públicas de los años de Fox en el poder para tratar de emparejar los cartones.

En la Cámara de Diputados circula un expediente que tiene que ver con las múltiples irregularidades y desvíos de fondos que se hicieron en la construcción de la famosa biblioteca Vasconcelos, el proyecto cultural más importante del sexenio de Fox.

El expediente integra informes de la Auditoria Superior de Fiscalización, la auditoria externa que realizó la Función Publica en el periodo 2007-2008; notas periodísticas y puntos de acuerdo presentados por el PRI y el PRD. En la mira: Fernando Larranzabal, candidato del PAN a la alcaldía de Monterrey.

Este hombre fue director del Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas, el organismo que manejó recursos que el gobierno federal asignó a la controvertida obra, cuyo costo final alcanzó dos mil 300 millones de pesos –el doble de lo inicialmente presupuestado-- según priistas y perredistas.

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Nos llamó Federico Arreola para comentarnos las reacciones provocadas por el artículo que el sábado pasado publicó en El Sendero del Peje, a partir de la columna aparecida en este espacio, bajo el titulo de “candidato al tambo”, y de un par de llamadas telefónicas que hizo, entre ellas a este reportero.

El título de Arsenal derivaba del escenario previsto por Dulce Maria Sauri, ex dirigente del PRI. La yucateca está convencida de que el gobierno federal va tras un “pez gordo” del tricolor, para coronar la campaña de desprestigio que germancito.com lanzó en Internet en contra del partido que encabeza las encuestas, de cara a las elecciones intermedias.

Arreola cuenta que Felipe Enríquez, coordinador de la campaña del priista Rodrigo Medina, candidato a gobernador de Nuevo León, “reaccionó mal” al artículo que escribió. Hubo hasta un amenazador mensaje.

Y es que Federico escribió textual lo que un senador del tricolor le respondió a la pregunta de si algún priista de Nuevo León podría ser ese “pez gordo” del que habla Sauri:

"Podría ser. Me preocupé cuando el coordinador de campaña de Rodrigo Medina se lanzó contra el español Solá. No es que Solá no merezca que se le critique, pero creo que el coordinador de Medina no debió haber amenazado con difundir fotos de Solá para que la gente lo repudie. Por ahí chismean que a la mejor al PAN le da por neutralizar al coordinador de Medina, con lo que matarían dos pájaros de una pedrada, ya que ese coordinador es gente de Peña Nieto".