Milagro.

El milagro de la influenza: Marcelo Ebrard en Los Pinos junto con Felipe Calderón. La escena no tuvo que esperar hasta después del 2012, como llego a vaticinarse. El jefe de Gobierno parece haber entendido que sus obligaciones están con los capitalinos y no con Andrés Manuel López Obrador. Su aparición ayer en la presidencia de la República, aunque sea por excepción, nos obliga a ponerle palomita.

A Ebrard le pusimos tache por no haber asistido a la presidencia de la República, el pasado jueves 23 de abril, cuando se decretó la alerta sanitaria y se anunciaron las dolorosas medidas que han paralizado la economía, sobre todo de la cuidad, pero que han servido, hay que reconocerlo, para estabilizar la propagación del peligroso virus de la influenza humana.

Un mandatario con visión de estado no puede anteponer sus intereses personales, partidistas, o de grupo, al extremo de no coordinarse con autoridades de otros partidos por diferencias políticas, en los momentos en situación de emergencia. Esta situación llevó a los chinos, sobre todo a ellos, pero también a los argentinos, ecuatorianos, chilenos, cubanos, franceses, israelíes, y otros mas, a aplicar medidas “discriminatorias” contra México, para utilizar el término de la cancillería.

No sabemos si Marcelo le pidió permiso al político tabasqueño o se fue por la libre. La opinión del Peje es lo que menos importa en estos momentos. Lo que si sabemos es que la Ciudad de México estuvo, por primera vez en el sexenio, representada al más alto nivel, en una reunión en Los Pinos con el presidente de la República.

Visitamos la página del GDF para ver el trato que le daban a la información de la visita de Marcelo Ebrard a la presidencia. A las 21 horas no había ni rastro. Han de pensar que no es para tanto. La página, eso si, incluye el famoso semáforo sanitario, que está en naranja, y el anuncio de que el gobierno capitalino creó una Comisión de Ayuda a las Victimas de Influenza. En la página de la presidencia de la Republica, en cambio, hay una fotografía de la reunión con los gobernadores en los jardines de la presidencia. En la gráfica se observa que Marcelo es el único que lleva cubrebocas.

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Los esfuerzos de ciudadanos y autoridades empiezan a dar dividendos. Los alumnos de educación media y superior vuelven a clases este jueves y que los de educación básica lo harán el 11 de mayo, lo que estaba muy cantado. Sabemos también, por boca del mismismo presidente Calderón, que ya estamos en condiciones de reiniciar actividades de manera paulatina y cuidadosa.

“Nos encontramos en una etapa de estabilización de la propagación del virus de la influenza humana y conocemos sus características básicas. Lo importante es que la enfermedad tiene cura, que sus síntomas ya son plenamente conocidos no sólo por el personal médico, sino también compartidos por la sociedad”, agregó Calderón, en el cónclave que sostuvo ayer en la residencia oficial con los gobernadores y el jefe de gobierno.

Es la primera vez que escuchamos un mensaje de optimismo desde el 23 de abril. “Día en el que se siente la euforia”, comentó mi amigo, Ciro Gómez Leyva. Pero será crucial no bajar la guardia. El secretario de salud, José Ángel Córdova, recordó ayer que el primer brote de la gripe española, la que mató a 40 millones de personas en 1918, fue leve. El segundo, tres meses después, fue el del golpe mortal.

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Vía el ex diputado federal, Mauricio Valdés, nos llegó un correo de Mayra Gutiérrez Saucedo, de Alianza Ciudadana, sobre la violencia sacude Texcoco, en general, y el asesinato de lJessica Portugués, sobrina de Higinio Martínez, jefe máximo del perredismo local.

“¿Se trata de un crimen aislado? Esta posibilidad, por si misma, nos pone los pelos de punta, pues se trata de la sobrina del Diputado Higinio Martínez, y de su hermano Alberto, actual presidente municipal suplente ¿Qué se pueden esperar los jóvenes que no gozan de los lazos consanguíneos con los poderosos perredistas? Es pregunta.

1 comentario:

Alfredo R. I. dijo...

El comentario sobre la "euforia", vertido por su amigo, suena verdaderamente mal. No se olvida que, el mismo día que las autoridades emitieron la primera alerta sanitaria, Ciro hizo gala de toda su irresponsabilidad y, en su programa de radio, invitó a la gente a que acudiera a los cines, a los restaurantes, a los teatros... vaya, adonde fuera, porque según él, "la alerta no daba para tanto", e incluso hizo mofa de algunas medidas de seguridad. La mofa, como era de esperarse, fue secundada por los "clones" que le acompañan en el programa, lo cual determinó que las voces de la irresponsabilidad fueran ya varias, no sólo una.

Ahora habla del "día de la euforia"; me gustaría saber si lo dijo en ese tono sarcástico que emplea, y que a veces viene bien, y a veces es una real patada de mula; si lo dijo en serio, o cómo lo dijo. Por lo pronto, de que suena mal, suena muy mal.