¿Sigue un gobernador del PRI?

El balconeo sobre la penetración del narcotráfico le ha pegado a dos entidades que gobierna el PRD –Michoacán y Zacatecas—y a una del PAN (Morelos). Las historias ya las conocemos. Protección, complicidad, corrupción de altos funcionarios con La Familia, Los Zetas, y Los Beltrán Leyva.

Hasta ahora, curiosamente, no se ha registrado ninguna acción espectacular del gobierno federal que exhiba la narcopolítica en entidades gobernadas por el PRI, el partido a vencer en las elecciones intermedias del 5 de julio próximo.

¿Por cuanto tiempo? No por mucho, según algunas fuentes. La versión que corría ayer es que van contra “un gobernador priista del norte”. Otra fuente de alto nivel nos aseguraba que Coahuila, Durango y Tamaulipas están en la mira. “Vienen también cosas nuevas sobre Montiel”, agregó nuestro interlocutor.

Buscamos el desmentido con una voz autorizada de la PGR. No hubo respuesta. El mutismo fue total.

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El PRI está el aprendizaje de internet. La CNOP dará a conocer este domingo, en rueda de prensa, un video en el que aparece el diputado Marco Bernal, dirigente del sector popular, haciendo un reclamo al presidente Calderon por no haber publicado la famosa Ley de Extinción de Dominio, y la de Combate al Narcomenudeo, aprobadas por el Congreso desde abril pasado.

En el video, Bernal utiliza las mismas palabras usadas por Germán Martínez, jefe formal del panismo, cuando cuestionó al otrora partidazo por “regatear” el respaldo del grupo parlamentario a estas dos leyes. “En congruencia con el spot de Germán, ahora le pedimos al presidente que se defina ¿Está de lado de los narcotraficantes, o está del lado de México?”, pregunta le diputado.

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Pudimos hablar por teléfono con Antón Chigurh, nombre de batalla del consultor contratado por el PRI para la famosa “contra campaña”. Es el autor del spot “Calderón y la Influenza”, que otro publicista afin al PRI, Carlos Alasraky, califica de muy malo. “Los publicistas son envidiosos”, nos el misterioso personaje, quien asegura que no dejara en paz a los panistas, hasta que le bajen a su “guerra sucia”.

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Fuimos al fútbol el pasado jueves. En el Estadio Olímpico nos tocó en el mismo palco que la escritora Guadalupe Loaeza, candidata a diputada por el PRD en Benito Juárez y, por lo que vimos, fan de los Pumas. Los goyas y el puño en alto delataban sus preferencia por el equipo del Tuca. Una reportera de Televisa se acercó para entrevistarla. “¿También las niñas bien vienen al fútbol?” Preguntó. No alcanzamos a escuchar la respuesta.

Durante el medio tiempo charlamos con ella. ¿No hace usted lo mismo que Demetrio Sodi? cuestionamos. “No, porque yo sólo hablé de fútbol…”, repuso.
Ya encarrerada, la autora de “compro, luego existo” comparó al camaleónico candidato a delegado del PAN en Miguel Hidalgo, con Dorian Grey, el personaje de la novela de Oscar Wilde que desea tener siempre la edad, convencido de que lo único que vale la pena en la vida es la belleza y la satisfacción de los sentidos.

La charla derivó inevitablemente en su adversaria del PAN, Gabriela Cuevas. No la quiere. De mentirosa y autoritaria no la baja. Loaeza sacó de su bolsa un pequeño fólder amarillo repleto de papeles escritos. Eran quejas que le han entregado contra la panista en sus recorridos por el distrito de la Miguel Hidalgo que ambas se disputan.

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El juego careció de emociones. Donde éstas no faltaron fue en el palco de honor al que llego un invitado estelar: el jefe de gobierno del DF. “ Marcelo, chelas pa’ la banda” reclamaron los chavos. Les mandó una ronda y se los echó a la bolsa. Los gritos se multiplicaron: “Marcelo, si quieres ser presidente, ¡chúpale!” ; “¡fondo!, ¡fondo!, ¡fondo!”; “Árbitro, dice Marcelo que chingues a tu madre…!

Ya casi al final del partido, una recomendación: “Marcelo, ¡cuidado con el alcoholímetro!

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¿Respeto a la libertad de expresión? “!A todo mundo le vale madre…! En esos elocuentes términos se expresó el diputado panista, Gerardo Priego Tapia, presidente de la Comisión para dar Seguimiento a las Agresiones a Periodistas, al denunciar la “indiferente complicidad” de las autoridades frente a agresiones y asesinatos de periodistas.