“¡Va a ser un escándalo…!”

Germán Martínez ordenó a su vocero, Homero Niño de Rivera: “expúlsame a este de aquí, su columna no tiene licitud de contenido”, le dijo sonriente. Previamente, el jefe nacional del azul le había dado un ligero empellón al reportero, para que volteara a verlo. Era, por supuesto, una broma, y una forma de decirnos que ha tomado nota de las duras criticas que en este espacio le hemos hecho, desde que ocupa la presidencia nacional del PAN.
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Javier Corral no sólo renunció al CEN del blanquiazul, después de conversar ampliamente con Germán y dejarle una “carta personal” con los motivos de su decisión, sino que, además, va a escribir un polémico libro sobre la Ley de Televisión, que va a molestar a muchos. “¡Va a ser de escándalo!” nos adelanta el político de Chihuahua. El libro de Javier estará en las librerías en octubre próximo.

Martínez, por cierto, lamentó muchísimo la decisión anunciada ayer por Javier Corral, pero tomada hace ya muchas semanas. La renuncia tiene que ver con la separación de Santiago Creel de la coordinación de la bancada del PAN en el Senado, por supuestas presiones de las grandes televisoras.
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El sábado se produjo el asesinato de otras 15 personas en la localidad de Creel, Chihuahua, entre ellas un bebé y una adolescente de 17 años. Súmele la masacre de Ciudad Guzmán, Jalisco, donde hace semanas masacraron a toda una familia, incluida una niña de 3 años y un niño de 14; póngale el secuestro y asesinato de Alejandro Marti, 14 años, en la Ciudad de México; agregue, por ultimo, el cargamento de ejecuciones diarias y los múltiples decapítados acompañados de mensajes aterradores. Hágase después la pregunta ¿En que país vivimos? y trate de responderla. Vera que no es agradable lo que resulta.

Nuestros políticos, por supuesto, andan muy preocupados por sacarle raja política a la indignación. Ya leímos al senador Manlio Fabio Beltrones acusar a su amigo, el presidente Calderón, de fallar en materia seguridad. ¿Y su partido? ¿No fue el tricolor el que dejó crecer el crimen organizado? ¿El narco nació con Fox? ¿La descomposición de las policías comenzó en el 2000? ¿Los gobernadores del PRI si han cumplido? ¿Sinaloa? ¿Chihuahua? ¿Sonora? ¿No los encabezan mandatarios del otrora partidazo? Son preguntas.

“No debemos convertir el tema de la seguridad en una confrontación político partidaria”, nos dijo Germán Martínez, cuando le preguntamos, en rueda de prensa, sobre la postura expresada por Beltrones al reportero Salvador García Soto, del periódico El Universal, sobre la responsabilidad de Felipe. Manlio es un aliado que panistas de muy alto nivel califican de “confiable”. ¿Seguirán pensando igual después de las declaraciones?

A Germán no hubo modo de sacarle una frase autocrítica sobre los errores y equivocaciones del gobierno federal en materia de seguridad pública. “Hay que repartir responsabilidades y no culpas”, repitió. Y de allí no se movió.
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“¡Ya ni la burla perdonan¡” nos dijo Gerardo Fernández Noroña, controvertido vocero pejista, al comentar la “imposición” de Guadalupe Acosta Naranjo como presidente del partido, hasta el 14 de febrero del 2010. Hablaba de la decisión unilateral de Nueva Izquierda de dejar a uno de los suyos en el máximo cargo de representación del partido hasta esa fecha.

En esa columna hemos criticado –y muy fuerte—el radicalismo de Izquierda Unida. Hemos respaldado la postura moderada y negociadora de Nueva Izquierda. Pero la imposición de Acosta, tras el resolutivo de la Comisión de Garantías y Vigilancia que anuló la elección de marzo pasado, no puede calificarse más que de agandaye.

A Acosta Naranjo lo eligieron en la cúpula de Nueva Izquierda y no los militantes del PRD. Los Chuchos no quieren negociar la llegada del neutral y moderado Lázaro Cárdenas Batel a la presidencia interina del partido, como lo propuso Alejandro Encinas. Izquierda Unida va a impugnar la imposición en la Comisión de Garantías y Vigilancia, y en el TEPJF
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Nunca he entendido que se discrimine a un compañero de trabajo por el simple hecho de ser extranjero. Es lo que lo que ha sucedido en Capital 21, el canal de televisión del Gobierno del Distrito Federal, con una reportera venezolana que tiene sus papeles en regla.

Algún empleado, o empleados, xenófobos, quienes ya fueron detectados, hicieron circular una carta que supuestamente le enviaron a Marcelo Ebrard, con el pretexto de que les adeudan su salario. En la misiva, manifestaron su desacuerdo con la contratación de la venezolana y solicitan que la corran. El asunto llegó ya a oídos del director del canal, Oscar Arguelles, quien, afortunadamente, calificó el “anónimo” como un “acto de cobardía”.

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