“Se nos metió la cultura del PRI…”

Durante dos días leí análisis, comentarios, editoriales, entrevistas, reflexiones de prestigiosos intelectuales, sobre el “triunfo” de Alejandro Encinas. No faltaron señalamientos de que la izquierda estaba de luto, o que El Peje estaba de vuelta para el 2012.

El polémico Gerardo Fernández Noroña celebraba la victoria de la “línea de la resistencia” y el no reconocimiento del gobierno de Calderón. “Son malas noticias para el espurio”, nos presumía, muy orondo, el secretario de comunicación del CEN del PRD.

Los diarios reportaban las felicitaciones de Andrés Manuel López Obrador a su gallo. El barzonista Alfonso Ramírez Cuellar, uno de los candidatos derrotados, proponía al “presidente virtual” del PRD acciones para transparentar el uso de recursos.

Encinas aparecía en las portadas de los periódicos junto a Alejandra Barrales, candidata a la presidencia del PRD-DF, los brazos en alto, la sonrisa triunfadora. Las crónicas narraban la “Noche Triste” de Los Chuchos.

Los inacabados conteos rápidos de las dos encuestadoras contratadas por el CEN (Mitofsky e IMO) daban triunfador a Encinas. El de Leonel Cota, empleado de El Peje, era un albazo casi perfecto. Nadie parecía tener duda de quien era la victoria. El propio Encinas se asumía ganador, y llamaba a la unidad del partido.

Pero las sonrisas en el campo del Peje comenzaron a borrarse. El triunfo de Encinas no está seguro. El PREP del PRD daba anoche un empate técnico. “Estoy en la misma incertidumbre que tú”, reconocía anoche el diputado Cuauhtémoc Sandoval, obradorista de hueso colorado. Lo que se daba como un hecho; se comentaba y analizaba como tal no lo era al final del día.
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Por la tarde, el senador René Arce llegó a los estudios de Proyecto 40 con la noticia de que Juan Manuel Ávila había intentado suspender el Programa de Resultados Preliminares (PREP) Denunciaba, al mismo tiempo, que los representantes de Encinas intervenían directamente para impedir que se subieran los resultados en los estados que favorecían al candidato de Nueva Izquierda. Y como no iba a ser. La ventaja del obradorista desaparecía paulatinamente, hasta convertirse, en algún momento de la tarde, en desventaja.

El senador se encontraba en los renovados estudios de Proyecto 40 para participar en el programa Pensando México, que ayer condujo en solitario la periodista Carolina Rocha. Otros invitados eran Inti Muñoz, cercano colaborador de Ramírez Cuellar; Alejandra Barrales y este reportero. Pero la ex azafata no se presentó. ¿Por qué sería?

“Se nos metió dentro la cultura del PRI…”, soltó, en pleno debate, Inti Muñoz, en un espontáneo reconocimiento del cochinero que los dos grupos, chuchos y obradores, hicieron en la elección interna del PRD. Arce reviró y acusó al Gobierno del DF de comprar en la Delegación Iztapalapa, bastión de Nueva Izquierda, 20 mil votos a 200 pesos cada uno.

El senador culpa concretamente a Martí Batres, secretario de Desarrollo Social de Marcelo Ebrard, de operar la compra de voluntades a favor de Encinas. “A los beneficiarios de los programas sociales les decían que si votaban por Ortega les iban a retirar la ayuda, porque se trataba de un aliado de Felipe Calderón”, aseguró.

Otra denuncia que Arce reiteró ante las cámaras –y fuera de ellas—fue la violencia utilizada en Durango por los amigos de Encinas. Hubo incluso un herido de bala y las actas desaparecieron. Hacia las 21 horas de ayer, el PREP reportaba cero casillas computadas en esa entidad.
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Ningún dirigente de los Chuchos asistió ayer al acto de Defensa del Petróleo, convocado por López Obrador en el Zócalo. “No queremos que haya actos de provocación que lastimen este acto”, explicó, en conferencia de prensa, el senador Graco Ramírez, coordinador de la campaña de Jesús Ortega.

Anatemizados como “colaboracionistas” del gobierno de Calderón por los talibanes amarillos, los integrantes de Nueva Izquierda no quisieron dar la oportunidad a los violentos que han acompañado a Encinas --¿se acuerdan de la Torre de PEMEX?-- de llevarse “la nota” en el Zócalo.

El PRD, lo decíamos ayer, se encamina hacia una crisis de proporciones mayores. No me imagino lo que va a suceder si el final de esta historia favorece a Jesús Ortega. ¿Los obradores, noroñas, padiernas, bejaranos, batres, van a reconocer que se precipitaron y que el Chucho mayor es el nuevo presidente del partido? Lo dudo. ¿Nueva Izquierda quedará conforme si Encinas es proclamado vencedor? También lo dudo.
¿Y usted?

1 comentario:

Luis dijo...

Obviando que sólo se les podría "meter dentro", cabe mencionar que la cultura priísta de la que habla Inti Muñoz no es algo con lo que, misteriosa, milagrosamente, hayan despertado los perredistas la mañana del domingo 16 de marzo; como diría un escritor mexicano (palabras más, palabras menos): "cuando despertó, el dinosaurio ya estaba ahí".

Cuando salieron a votar, las prácticas ratón-loquescas, embaraza-hurnas, compra-conciencias ya estaban ahí.

No se metieron.

Sólo relucieron (ahí sí, como un sol negro amarillo) one more time.