"SMEjor morir de pie..."

Entraron calladitos al Palacio Legislativo. Llevaban tapabocas. El silencio era su consigna. “Pórtense como marqueses”, casi suplicó el diputado del PT, Gerardo Fernández Noroña, a los 15 miembros del SME, encabezados por Martín Esparza, que tuvieron acceso al salón de sesiones de la Cámara de Diputados.

El acceso no fue fácil. Fue necesaria una reunión de los coordinadores parlamentarios para que dejaran pasar a los sindicalistas. La condición era que no se manifestaran dentro. Era eso o se suspendía la sesión. Palabra del panista Francisco Ramírez Acuña, presidente de la mesa directiva.

Por espacio de tres horas permanecieron en las galerías sin hacerse notar. Los diputados de infantería ni cuenta se dieron. Creían que Esparza y sus lugartenientes se encontraban entre los miles desesperados electricistas que sitiaban el Palacio Legislativo, bloqueaban las puertas, gritaban consignas para presionar a favor de lo que hoy parece una utopía: una controversia constitucional para echar abajo el decreto presidencial que extinguió Luz y Fuerza.

De un plumazo habían perdido su chamba y estaban en la calle con la esperanza de recuperarla. Eran de los miles que no aceptaron la liquidación “copeteada” que les ofreció el gobierno federal. “SMEjor morir de pie”, rezaba una de las mantas que se alzaban frente a la entrada principal del Palacio. Era la que mejor sintetizaba sus sentimientos

Pero la presión no sirvió de mucho. Los diputados Francisco Hernández Juárez, PRD, y el propio Fernández Noroña solo recabaron, según cifras del líder de los telefonistas, 160 firmas de diputados del PRI (los del sector campesino), PRD, PT, Convergencia, y uno que otro del Panal, el partido de la sindicalista Elba Esther Gordillo.

No les alcanzó para obligar a la mesa directiva a presentar la controversia ante la Suprema Corte de Justicia. Necesitaban 251 legisladores. Los diputados ni siquiera consideraron el asunto de “urgente y obvia resolución”. 298 rechazaron la discusión; 84 votaron a favor, y 5 de abstuvieron.

El silencio de Esparza y los suyos se rompió apenas comprobaron que la vía de la controversia se acababa de cancelar. El Congreso les había dado la espalda. En segundos pasaron de la cordura a la cólera. “¡Ya verán pinches diputados!”, “¡primero la corrupción¡”, gritaban desde galerías, y mostraban supuestos contratos de negocios chuecos en la CFE.

Los cauces jurídicos se le habían cerrado al SME; solo les quedaba la movilización, la calle, los plantones, la huelga de hambre. “Después de lo que observé hoy, estoy convencido de que estos señores no entienden mas que con presión”, lamentó Hernández Juárez.
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La izquierda podría llevar un buen candidato en el 2012. “Allí están Juan Ramón de la Fuente o José Goldenberg, por solo nombrar a dos”, soltó el diputado del PRD, Víctor Hugo Círigo, uno de los dirigentes de Nueva Izquierda en el DF Pero no se hace ilusiones. López Obrador ya se “destapó” el pasado domingo en el Zócalo, y no habrá encuesta que valga. Sólo las que El Peje haga en el Zócalo, a mano alzada. “Ese es su espejo. Allí se pregunta y se contesta”, ironiza. ¿Y Marcelo Ebrard? interrumpimos. “Con todo respeto, o sin respeto, no lo veo”, respondió.

Círigo pronostica que Marcelo nunca aparecerá encima de El Peje en los sondeos que hace el propio tabasqueño. Eso lo descalifica. Está convencido de que el famoso “Congreso Redundacional” del PRD, programado en diciembre próximo, solo servirá para que le echen “incienso” al tabasqueño. “Es la propuesta del bejaranismo”, puntualiza.

Nos aceramos al diputado para preguntarle sobre la iniciativa que presento ayer en tribuna para reformar cinco artículos de la Constitución, y reforzar de esta manera su “carácter laico”. La Carta Magna esta amenazada por el embate conservador a nivel nacional, que ya se ha traducido en la aprobación de leyes antiaborto en 17estados de la República, advierte.