“El PRD es de quienes lo sufrimos”

Mauricio Merino es uno de los aspirantes a consejeros electorales del IFE más calificados para reemplazar a Luís Carlos Ugalde –lo asegura el diputado Diódoro Carrasco--, pero sabe que está vetado por López Obrador, y por una parte del PRI, que le cobra la vieja factura de la multa por el Pemexgate. “No tengo ninguna posibilidad”, admite.

Pero el investigador del CIDE no va a renunciar al atropellado proceso de renovación del Consejo General del IFE, que trae a los diputados de cabeza, por dos motivos: el jurídico y el personal. Alega que jurídicamente no hay nada a que renunciar, toda vez que la convocatoria desapareció con la entrada en vigor del Cofipe. Lo segundo, subraya, “es un capricho”. No quiere dar oportunidad a los que lo vetaron que digan “Merino renunció”, para justificar la exclusión. “Yo quiero que me digan porqué no quedé”, nos dice.

Consejero electoral del IFE en tiempos de José Woldenberg, el profesor Merino tiene claro que hay ingredientes de vendettas personales en su exclusión. Uno de los priiistas que más se movieron para sacarlo de la jugada es Felipe Solís Acero, ex secretario ejecutivo del Consejo General del IFE. El investigador del CIDE pidió en ese entonces su remoción, con el alegato que trabajaba abiertamente para el PRI, “y no se equivoqué”, presume muy orondo.

Solís Acero es, en la actualidad, el brazo derecho del poderoso senador del tricolor, Manlio Fabio Beltrones

Pero hay más sorpresas en la historia de Merino. Javier González Garza, coordinador de los diputados del PRD, se lo llevó entre las patas. El Güero personalmente le pidió que se registrara como aspirante. Merino interpretó que eso significaba el respaldo, o por lo menos el no veto, de la bancada amarilla. Error. No incluyó en sus cálculos el factor López Obrador.

El investigador, por cierto, considera positiva la iniciativa del PRD de nombrar de un jalón a los seis consejeros electorales que reemplazaran a los que se tienen que ir por obra y gracia del legítimo -- entre ellos el presidente consejero. Pero cree que a la hora buena acabará por imponerse el “cuoteo” partidario. Dos para el PAN, dos para el PRI, dos para el PRD.
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Cuenta Dolores Padierna que Guadalupe Acosta Naranjo, secretario general del PRD, alguna vez le preguntó si abandonaría el PRD, en caso de que Jesús Ortega, dirigente de Nueva izquierda y adversario declarado del bejaranismo, gane la presidencia del partido, el próximo 16 de marzo.

La respuesta que refiere la líder nacional de la corriente Izquierda Democrática Nacional fue tajante: “Si la elección es limpia, vamos a aceptar los resultados y respaldaremos al ganador, pero si hay irregularidades, no nos vamos a ir; daremos la pelea desde dentro. El PRD es de quienes lo sufrimos, no de quienes lo han utilizado como franquicia”, dijo la aguerrida ex diputada.

Padierna está convencida de que en el proceso interno del PRD hay factores exógenos que repercuten de manera negativa. Jura que la derecha del país quiere “cargar los dados” a favor de Ortega. “Basta con ver los recursos, los escenarios, escuchar las voces externas que abogan por él”, nos dice la esposa del profesor Bejarano.

Hablamos con Padierna después del registro de Francisco Garduño como candidato a la presidencia del PRD-DF. El ex secretario de transporte del GDF apareció súbitamente en la contienda, después de que Alejandra Barrales, ex líder del sindicato de aeromozas, anunciara sus intenciones de contender. “Nos enteramos por los periódicos de su candidatura y eso no se vale”, reprochó Padierna. A Barrales, ex aliada de los bejaranos, la apoya Marcelo Ebrard.
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Enrique Peña Nieto viajó ayer a Davos, Suiza. Será uno de los ponentes en el Foro económico mundial por excelencia. Pero antes de partir a las nevadas montañas Helvéticas, donde se ubica la famosas localidad, anunció la cancelación del proyecto original del Conjunto Ambiental Bicentenario en el Valle de Toluca, la obra cumbre de su sexenio, y su reemplazo por otro con un sesgo ecologista.

El anuncio se hizo luego que la población del Valle de Toluca rechazara, en una encuesta, la construcción de viviendas y oficinas para empresas privadas, en el llamado Conjunto Sedagro, donde se ubica la Secretaía de Desarrollo Agropecuario, como proponía el proyecto original. Algo así como un Silicon Valley mexiquense.

En su lugar se edificará un parque ecológico de 80 hectáreas que, dice un comunicado del gobierno local, permitirá contar con áreas para el deporte, la convivencia familiar y las expresiones artísticas. Se construirá también un Centro de Educación Ambiental, que será espacio para la capacitación y generación de proyectos ecológicos.

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