Es de mal agüero

El discurso es de unidad. La realidad, de división. El banderazo de salida de la elección interna del PRD se dio ayer en esas difíciles condiciones. El obradorista Alejandro Encinas, el barzonista Alfonso Ramírez Cuéllar y el neoaliancista Jesús Ortega registraron ayer, en ese orden, su candidatura a la jefatura nacional del PRD.

Los tres coincidieron en la necesidad de un partido fuerte para enfrentar a la derecha, pero saben que el PRD está más polarizado que nunca y la amenaza de fractura pende sobre el partido como espada de Damocles.

En el registro de Chucho, trasformado en mitin callejero por la cantidad de gente que se presentó con mantas y pancartas de apoyo, la comidilla fue el apañón que les dieron a cuatro destacados obradoristas, cuando repartían cobijas y despensas en Iztapalapa, a cambio del compromiso de votar por Alejandro Encinas.

Se trata de Dione Anguiano, funcionaria de la Secretaría de Educación; el marido, Alfredo Hernández Raigosa, director de Regularización Territorial; Gerardo Fernández Noroña, secretario de Comunicación del CEN del PRD y Jesús Valencia, director del DIF-DF.
“Así quieren trabajar, pero no lo vamos a permitir”, advirtió Jesús Zambrano, número dos de Nueva Izquierda, luego de destacar que la falta de los funcionaros del GDF fue cometida cinco días después de que las distintas corrientes pactaron la prohibición de usar recursos públicos a favor de cualquiera de los candidatos.

El desplante congela también el acercamiento de Marcelo Ebrard con Nueva Izquierda, lo que se tradujo en la aprobación por unanimidad del presupuesto para el DF en la ALDF y la presencia del jefe de Gobierno en el informe de actividades legislativas del senador René Arce.

“Lo que buscamos es abrir las posibilidades de diálogo con Ebrard. No hay nada más. Pero ya vimos, con lo de Iztapalapa, que no está exento de dificultades”, dijo a este espacio el senador Arce.

El acercamiento de Ebrard con Nueva Izquierda se inició en casa del secretario general del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, a instancias de Jesús Ortega, quien previamente había recibido un telefonazo del jefe de Gobierno. En ese cónclave, Ebrard y Víctor Hugo Círigo, líder del PRD en la ALDF, aclararon paradas.
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Alfonso Ramírez Cuéllar llegó al edificio Expo Reforma arropado por notables de su partido que lo prefieren al obradorista Encinas o al jefe nacional de Los Chuchos. Pablo Gómez, Javier González Garza, Rosalbina Garavito, Saúl Escobar, acompañaban al barzonista. “Voy a democratizar al partido. Es necesario poner orden en las agrupaciones internas”, nos dijo Ramírez Cuéllar.
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El 11 de enero escribimos en Arsenal que Ricardo Monreal estaba con un pie fuera de la contienda del PRD. Había mandado hacer una encuesta que lo dejaba mal parado. Apenas el siete y pico por ciento en la intención de voto entre los perredistas. Ayer sacó el otro pie. Ya anunció su retiro.

Sin estructura, sin su padrino López Obrador, sin apoyo institucional y con ese porcentaje de intención de voto, aplicó la vieja máxima de que más “vale aquí corrió que aquí… perdió”. Al senador por Zacatecas le dolió que el legítimo se decantara por Alejandro Encinas y hasta le hizo duras críticas. Aun así, se alineará detrás del candidato de Andrés Manuel. Al tiempo…
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¿Serán meras especulaciones que Enrique Peña Nieto trabaja prematuramente para la candidatura a la Presidencia de la República? En Arsenal creemos que no. El gobernador mexiquense está en la pista y con la pole position.

El gobernador mexiquense, sin embargo, se declaró en contra de adelantar el proceso de sucesión. “Veo el 2012 muy lejos”, dijo a los corresponsales extranjeros. Considera que la sucesión anticipada no le hace bien al país. “Lo que sí necesita (México) es que nos ocupemos de los temas presentes, de la problemática, de las grandes reformas que potencien a este país al escenario idóneo”, consideró.

En este espacio coincidimos en que el debate anticipado sobre la sucesión le hace daño al país, sobre todo cuando el aspirante desempeña una función trascendental.

Lo vimos el sexenio pasado con nuestro amigo Santiago Creel. El ahora senador ‘nadaba de muertito’ para no correr riesgos que lo dejaran fuera de la contienda o, para decirlo en palabras de Felipe Calderón, “jugaba rugby sin mancharse el uniforme”. Aquí cabe la pregunta: ¿Si no son tiempos para la sucesión, por qué saldrá tanto el mexiquense en medios nacionales con el fin de promocionar esto y aquello? Menos mal que no pidió que lo den por muerto. Es de mal agüero.

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