“Que Dios diga…”

Fue una tarde de otoño del 2006 en una residencia en las Lomas de Chapultepec. El nombramiento de Francisco Ramírez Acuña como secretario de Gobernación era inminente. Juan Camilo Mouriño comentaba a un grupito de panistas que el ex gobernador de Jalisco podría durar en su cargo “tres días, tres meses, tres años o todo el sexenio”, pero que lo importante en ese momento era enviar al país un mensaje de firmeza.

Ramírez Acuña deja el cargo 13 meses después de que lo asumió. Se va como llegó. Nada para recordarlo. La tan cacareada firmeza del jaliciense no se vio. Tampoco mostró sentido político, aunque eso ya se sabía. Nunca logró erigirse en interlocutor válido para los partidos. Los moderados del PRD no lo pueden ni ver. Los priistas no lo tomaron en cuenta.

Sólo una vez se reunió con Javier González Garza, coordinador de los diputados del amarillo. El encuentro fue un desastre. El funcionario declaró a los medios que ya negociaba con el PRD. Al Guero no le quedaron ganas de volverlo a ver en su vida.

Mouriño lo sucederá en Bucareli. Se da por hecho. Nos dicen que César Nava, secretario particular del presidente de la República, substituirá a Juan Camilo como jefe de la oficina de la Presidencia de la República.
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“La decisión que he tomado es dedicarme a sacar bien lo que tengo y ya lo que venga después, que Dios diga…”, dijo a este espacio Héctor Larios, coordinador de los diputados del PAN, cuando le preguntamos si se descarta definitivamente para contender por la gubernatura de Sonora.

Larios nos había dicho previamente que buscar la candidatura al gobierno de la entidad implicaría dejar de estar en la Ciudad de México uno o dos días a la semana “y no voy a descuidar mi trabajo por ninguna aventura electoral”.

Para el diputado, sin embargo, otra cosa es la candidatura a la presidencia municipal de Hermosillo. Allí puede que sí se aviente. No le exige ausentarse en días hábiles de la capital. Un grupo de panistas sonorenses se lo plantearon hace más de un mes. El legislador les dijo ‘vamos viendo como se dan las cosas’. En esas están.

Por lo pronto, Larios tiene enfrente el reto de la renovación del Consejo General del IFE. El Cofipe se promulgó el pasado lunes. Andrés Albo, consejero presidente interino, se verá obligado a tomar decisiones importantes, lo que por ningún motivo quieren los diputados. Al sucesor temporal de Ugalde le ataron las manos, y le advirtieron que no puede mover “ni a un chofer”.

Las cosas siguen igual que en diciembre. El PRD se aferra. Quiere al ministro de la Suprema Corte, Genaro Góngora Pimentel, como presidente consejero del IFE. Imposible. Emilio Gamboa, coordinador del PRI, jura que el Consejo quedará renovado a más tardar el 7 de febrero, con o sin la participación del Sol Azteca. El tricolor y el PAN tienen mayoría para resolver el problema.

El priista yucateco dice que a los perredista “ya les dimos chance” de buscar otro candidato aceptable para todos. “No pueden decir que los dejamos fuera, como en el 2003”, aseveró.
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Francisco Labastida, presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, declinó la invitación a debatir sobre PEMEX, que el pasado lunes le hizo el autoproclamado legítimo. “Yo debato con los senadores de los otros partidos. Si él tiene ideas concretas que plantear, que se las dé a los senadores de su partido y con muchos gusto las debatimos con ellos”, nos dijo el sinaloense.

Al lanzar su reto, López Obrador acusó a Felipe Calderón, Juan Camilo Mouriño, Santiago Creel, Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa, Jesús Reyes Heroles, y el propio Labastida, de promover la entrega de PEMEX a manos extranjeras, y de maquillar las cifras sobre a situación de la empresa, para empujar la idea de que es necesario privatizar la paraestatal.

“Las cifras son auditadas, verificadas. Si el conoce mejores cifras que las que PEMEX publica, que son las que yo conozco, que las de a conocer. No hay duda alguna que las reservas petroleras bajaron. Medido en años, partiendo de la base que México produce poco más de 3 millones de barriles diarios, las reservas probadas alcanzan para 9.3 años; las probables dan como para 18 años, y las posibles, 27 años”, dijo Labastida.

Y más: “PEMEX no se va a privatizar, no se va a vender, no se va a cambiar la Constitución, no va a haber contratos de riesgo. Pero si no tomamos ninguna decisión, si no cambiamos nada, las reservas petroleras probadas se van a agotar. La producción petrolera va a caer y van a caer los ingresos fiscales. Estos representan más del 40 por ciento de los ingresos fiscales. En pocos años tendríamos una crisis financiera y fiscal en los tres niveles de gobierno”.