“De Mandatario a mandadero.”

El cuadro se cayó, el vidrio se rompió, la imagen del presidente Calderón se arrugó. “Esperemos que no sea una premonición”, bromeó Manuel Espino, quien ayer estrenó la nueva sede de la OCDA, ubicada, paradójicamente, donde fue la casa de campaña de Felipe, pero también de Vicente Fox.

La imagen de Calderón colgaba de la pared del comedor de la casa de Sacramento, junto a la de Fox. Allí partió el polémico duranguense la rosca de reyes con los reporteros que acudieron a la presentación de las nuevas oficinas del presidente de la OCDA.

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Espino, por cierto, confesó públicamente que quiere ser diputado federal en la próxima legislatura, pero está convencido de que los calderonistas no lo dejarán ser coordinador de la bancada del PAN. “No creo que sean tan aperturistas”, soltó.

El panista no sabe aún si buscará la curul. Va a depender de la actitud de la dirigencia nacional hacia su persona. “Si voy a encontrar la aplanadora en contra, no tiene sentido, no voy a dar un salto al vacío”, subrayó

Por eso quiere hablar primero con Germán Martínez. Pero tiene un problema que no está en sus manos resolver. Desde hace meses busca una cita con el anticlimático dirigente nacional del PAN, pero este no lo recibe. “Germán ha tenido un año muy ocupado”, declaró, mordaz.

En cortito, Espino manifestó su convencimiento de que el calderonismo sufre de un problema de inseguridad. “Por eso no buscan a los mejores para ocupar los cargos o las candidaturas, sino a los incondicionales”, recalcó.

Ya encarrerado, mencionó dos nombres para ilustrar sus afirmaciones: el chihuahuense Gustavo Enrique Madero y el regiomontano Fernando Laranzábal.

A ese último, dijo, lo quieren “imponer” como candidato a gobernador de Nuevo León, por encima de Fernando Elizondo, quien va mejor en las encuestas, pero trabajó para Fox. Espino jura que ya manipularon el padrón interno, para tratar de asegurarle la victoria.

Pero fue el coordinador de los senadores del PAN quien sacó la peor parte. “Al principio creí que tenía tamaños para ser mandatario, pero no resultó mas que un mandadero”, ironizó. Madero, no hay que olvidarlo, le pidió la casa que anteriormente servía de sede a la OCDA.

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En Pro México, organismo del gobierno federal encargado de fortalecer la participación del país en la economía internacional, se cumplió el refrán de año nuevo, vida nueva. Remodelaron su edificio, sólo que su administrativo, Eduardo Seldner, no calculó bien los tiempos y nadie tuvo oficina lista para laborar. Cuentan que partieron la rosca de reyes en los pasillos.

Por cierto que a Seldner le gusta lucir a lo grande. Nos dicen que su despacho es más amplio que el de Bruno Ferrari, director general del organismo. No aprendió nada de su pasado. En el sexenio anterior fue sancionado con tres meses de suspensión en el servicio público, por estar involucrado en el escandalo del Toallagate (El Universal, 29-10-07)

En el organismo también renovaron su equipo de trabajo. Se van los titulares de las áreas de Desarrollo Exportador y Relaciones Institucionales. Hay esperanza de que estos cambios también lleguen a sus representaciones en el exterior, donde tienen a titulares que se han llevado oreja y rabo, pero no precisamente por su desempeño, sino porque son toreros de profesión. Nos referimos a Carlos Manuel Edgar Perucho, representante en Colombia, y Pedro Luis Martín Pinsón Correa, en Brasil.

Eso, sin contar al representante en Texas, Jaime Maussan, “quien en lugar de promover a México, promueve su imagen ante el dueño de los Dallas Cowboys, para asistir a los juegos gratis”, aseveran.

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No hay que hacernos ilusiones con Obama. En los próximos dos años “ni nos va a voltear a ver”. Eso es lo que nos asegura uno de los 50 cónsules mexicanos en Estados Unidos, que participan en la reunión anual de embajadores que organiza la cancillería para darles un curso intensivo de lo que es la política del gobierno de Calderón.

En ese lapso, augura, el primer presidente negro de la Unión Americana se va a concentrar en el tema económico, que tiene a los gringos de cabeza. “Si logra hacer algo en esos 24 meses, se queda ocho años en la Casa Blanca”, vaticinó.

El cónsul comparte con sus colegas el desaliento que produjo el abortado nombramiento de Bill Richardson como secretario de Comercio de Estados Unidos. “Era nuestra carta fuerte, pero ya ves”, dijo

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El gasolinazo es un misil contra el gobierno de Calderón. La terquedad de mantener el incremento de los precios de los combustibles, aún cuando el precio del barril de petróleo ha bajado casi 100 dólares, es oxígeno puro para manipuladores y demagogos. Hay quien asegura que el plan anticrisis, que hoy presenta el presidente de la República en Palacio Nacional, recoge esta inquietud. Veremos.

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