El dilema de Beatriz.

¿Qué hará Beatriz Paredes? ¿Se quedará en la presidencia del PRI? ¿Será la coordinadora en la Cámara de Diputados? Son las preguntas que desde el pasado domingo se escuchan con frecuencia en boca de los priistas.

Un poderoso personaje del tricolor asegura que la tlaxcalteca no quiere encabezar el grupo parlamentario en San Lázaro. Prefiere quedarse como presidenta nacional de su partido hasta culminar su mandato, en febrero del 2011. La ve integrada a las tareas legislativas, pero sin renunciar al CEN.

Lo idóneo, para ella, sería ocupar la presidencia de la mesa directiva en el tercer año de la siguiente Legislatura, y desde allí entrarle al juego de la sucesión, puntualiza el personaje. Aunque acota: falta ver que dicen los gobernadores del PRI. La fuente asegura los mandatarios estatales están resueltos a presionarla para que asuma la coordinación del grupo parlamentario en la Cámara baja ¿Resistirá?

Otra preocupación en uno de los grupos del PRI es que el presidente cometa el mismo error de Vicente Fox con Elba Esther Gordillo. Es decir, que elija a Beatriz Paredes como interlocutora, como el grandote de Guanajuato lo hizo en su tiempo con la maestra. Eso complico las reformas, agregó la fuente.

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Dice Roberto Madrazo que los priistas ya asimilaron la lección del 2006. No ve una pelea interna por la candidatura presidencial y mucho menos la creación de un equivalente del Tucom de cara al 2012. “Hay gran claridad de que unidos tenemos una mayor oportunidad de ganar”, asegura el último candidato presidencial del PRI.

El ex gobernador de Tabasco está convencido de que el arrollador triunfo del PRI en las elecciones puede constituir un arma de doble filo. La crítica situación por la que atraviesa México hace inevitable transitar por dolorosas reformas, que obligatoriamente tiene que votar o rechazar el PRI. “Si las reformas no pasan, en los linderos del 2012 pueden acusar al partido de haber obstaculizado la recuperación del país”, alertó.

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Los tiradores a la jefatura del PAN ser multiplican como conejos. Nada más en el Senado hay cuatro aspirantes señalados: Ricardo García Cervantes, Humberto Aguilar, Beatriz Zavala y José González Morfín. Otros nombres que se mencionan: Gabriel Jiménez Remus, Héctor Larios, Jorge Zermeño. Súmele a César Nava. Hay más, pero son especulaciones.

Aguilar jura que tiene el apoyo de por lo menos 15 de sus pares en Xicotencatl, y que puede reunir a más de la mitad de la bancada. Está convencido, como muchos otros, que el sucesor de Germán no puede salir del primer círculo del presidente, pero tampoco ser su adversario. No niega que es amigo de Creel, pero dice que es institucional. “Ojalá tomen en cuenta mis 27 años de militancia”, subraya. Otra que nos confesó su ambición de encabezar el PAN es Beatriz Zavala, la ex secretaria de Sedesol.

García Cervantes es mencionado con insistencia. El senador de Coahuila es bien visto por la oposición, lo que en los tiempos que se avecinan es una virtud por los dinamitados puentes con la ooosición que deja Germán. Pero tiene en contra su falta de grupo. Es como el llanero solitario.

Le pedimos su opinión sobre su postulación como candidato a dirigir el PAN. “La sabiduría dice que primero hay que medirle el agua a los camotes”, repuso el legislador. De paso, nos adelantó que hará propuestas “muy cabronas” para enderezar al PAN.

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Otro partido al que le pasaron la aplanadora por encima es al PRD. Pierde más de un tercio de sus diputados, pero también el pobladísimo “corredor amarillo” (Neza, Ecatepec, Chalco…) amen de que casi desaparece en varias entidades. El diputado Juan Guerra ilustra con un chiste la situación por la que atraviesa el amarillo.

Cuenta que un indigente mutilado, no tenía piernas, ni brazos, que se arrastraba en un carrito, comenzó a echarle piropos subidos de tono, a una mujer. “¡Que buena estás!”, le dijo. “No sea grosero señor”, protestó la muchacha. “Me gustaría darte unos besotes”, insistió el mendigo. “¡No se pase!” repuso molesta la mujer. “¡Ma-ma-ci-ta ¡ volvió a decir.

Al ver que nada detenía al indigente, la mujer apeló a la justicia divina. “Lo va a castigar Dios”, le advirtió. Sin mucho pensarlo, el mutilado reviró: “Pues sólo que me quite el carrito…”

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