El engaño a Cuauhtémoc.

A muchos nos extrañó la virulencia de Cuauhtémoc Cárdenas en contra de Chucho Ortega en la carta que hizo pública a mediados de julio. Lo acusó, ni más ni menos, de no tener pantalones para aplicar los estatutos del PRD. Ya supimos el motivo: engañaron al ingeniero. Y es que antes de la Cumbre de Morelia, que amnistió a López Obrador y mantuvo a Jesús en la presidencia del partido, las cabezas de Nueva Izquierda visitaron al ingeniero para plantear la expulsión del tabasqueño.

En la comitiva iban el propio Ortega, Guadalupe Acosta Naranjo Jesús Zambrano, y Graco Ramírez. Lo confirmamos con este último. Lo fueron a ver para conocer su posición frente a la delicada medida. El asunto se discutió ampliamente. Se evaluaron los pros y los contras. Cárdenas advirtió que echar al Peje podría significar que el PRD bajara a niveles del 7 por ciento en la votación. ”Pero lo que hace López Obrador es inaceptable”, les dijo convencido.

Lo “inaceptable”, para Cárdenas, era la campaña mediática y terrestre que el tabasqueño hizo a favor de los candidatos del PT y de Convergencia.; su traición, no cabe otro calificativo, al partido que le sirvió de plataforma para construir su liderazgo.

Graco intervino en ese encuentro. Comparó el liderazgo que en sus días ejerció Cuauhtémoc con el del tabasqueño. Le dio coba al ingeniero. “Contigo se podía hablar, pero Andrés no dialoga, ordena”, hizo notar.

Fuentes del PRD aseguran que de la larga discusión surgió el acuerdo de expulsar a Andrés Manuel. “¿Tu que vas a hacer?” Le preguntó Ramírez antes de marcharse de las oficinas de Cuauhtémoc. Este respondió que apoyaría la decisión. “En eso quedaron”, nos aseguran. Graco, sin embargo, niega que se haya pactado la expulsión de Andrés. “Sólo se planteó”, afirmó.

Pero en la capital michoacana, y eso sí lo vimos, se pactó otra cosa: cada quien conservaría su parcela de poder. Marcelo Ebrard, Amalia García, Leonel Godoy y demás arquitectos del Espiritu de Morelia disfrazarían el tema de “amnistía”, para darle un tinte favorable a sus arreglos cupulares. Chuchos y obradores repiten, desde entonces, que se privilegiaría la unidad, el acuerdo, el entendimiento entre las distintas tribus. ¿De veras?

Por lo pronto avanza la posibilidad de que el pejista Alejandro Encinas se convierta en el próximo coordinador de la muy disminuida bancada del PRD en San Lázaro. ¿Y quien garantiza que Encinas se apegue a las directrices del partido y no a las instrucciones de López Obrador? Preguntamos a Graco. “Estamos elaborando un documento público que Alejandro tendrá que firmar”, reveló el senador perredista.

La congruencia de Cuauhtémoc lo llevó a ausentarse de la reunión de Morelia. “Nos dijo que iba al velorio de su consuegro”, recordó Ramírez. Pero no solo eso. El engaño del que fue víctima lo llevó a hacer pública su decepción con Chucho y a reiterar, en una carta, la obligación que tenía la dirigencia nacional de expulsar a los traidores.

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Alberto Anaya, dueño del PT, se salió con la suya. El coordinador de la bancada de ese partido en la Cámara de Diputados será Pedro Vázquez, hombre de perfil bajo, “empleado” del dirigente nacional. Según Ricardo Monreal, El Peje convenció ya a Porfirio Muñoz Ledo de que lo aceptara como el líder formal de la bancada. ¿Quién cree usted que va a mandar en realidad?

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A Ernesto Cordero le salió lo bravo. Nomás no le cuadró que el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, declarara que México está al borde del precipicio. “Que no intente reinventar el mundo, mucho menos el país. Mejor que se preocupe por focalizar la política del Gobierno de la Ciudad la cual, dicen algunos estudios, no anda del todo bien, y si no al tiempo…”, dijo a este reportero el joven secretario de Desarrollo Social.

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La instrucción era negar una y otra vez que Beatriz Paredes tenia problemas cardiacos. Como si quisieran mantener la idea de que es una mujer de hierro. Pero su lealtad hoy los hace aparecer como Pinocho. Este reportero habló con gente muy allegada a la tlaxcalteca el día del “horrendo borrego” --como lo calificó Ignacio Cabrera, vocero del CEN— del problema en el corazón de la jefa del PRI. Al final de cuentas no fue tal. Sebastián, Laura, Cabrera. Los tres mintieron por servir a su jefa.

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