La ira de Godoy.

La decisión de no informar a Leonel Godoy que se enviarían otros cinco mil 500 elementos federales a Michoacán es una prueba irrefutable de la desconfianza del gobierno federal hacia las autoridades de la convulsionada entidad.

La deliberada omisión provocó ira en el gobernador perredista. Godoy se ha quejado una y otra vez, de la falta de coordinación entre los gobiernos federal y estatal. Su irritación lo llevó a publicar un comunicado durísimo, en el que llega incluso a calificar de “ocupación” la llegada de los refuerzos federales.

Pero elementos que justifican esa desconfianza los hay: El caso de los alcaldes y funcionarios estatales consignados; los señalamientos en contra del medio hermano del gobernador; el asesinato, esta semana, de 18 elementos federales en los ataques de La Familia. Ni un solo policía local ha caído en la ofensiva de ese cartel.
¿Extraño no?

En el Palacio de Gobierno de Michoacán se quejan de Godoy se enteró por los medios de la llegada de los refuerzos. “La bronca es que no pelan ni al gobernador, ni a nadie de aquí”, comentó el vocero Armando Machorro.

El propio Gobernador, al responder a señalamientos de los panistas, dice que lo que ocurre en Michoacán, “no son visos de ingobernabilidad, sino de ocupación a un Estado libre y soberano”.

El comunicado de Godoy incluye dos sucesos que ilustran la desconfianza que hay hacia su gobierno y las policías locales. Dice que el 4 de julio, el Secretario de Gobierno asistió a la ciudad de Lázaro Cárdenas y al aterrizar en un aeropuerto del Gobierno del Estado, las fuerzas federales le marcaron el alto y le exigieron que informara a dónde, por qué y para qué se encontraba en esa ciudad.

“Asimismo, en el enfrentamiento ocurrido en Lázaro Cárdenas el día 12 de julio, se recibió una llamada de auxilio en el C4 de esa ciudad y los elementos que se encontraban en el Centro de Protección Ciudadana acudieron al llamado, en vez de ser recibidos como un apoyo por la policía federal, fueron sometidos y desarmados violentamente”.

Al caer la noche no había acuse de recibo en Bucareli. EL titular de Gobernación, Fernando Gómez Mont, se inclinaba mas a resolver el diferendo en corto que a responderle en los medios de comunicación.

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El diputado federal electo Humberto Lepe, brazo derecho de Beatriz Paredes, nos contaba la noche del jueves que su jefa enfrenta un “verdadero enigma” con el tema de la coordinación del grupo parlamentario en la Cámara de Diputados.

Si la tlaxcalteca quiere quedarse en la presidencia del PRI, como parecen reflejar sus declaraciones, tiene que encontrar un coordinador con liderazgo, y que no tenga el veto de los gobernadores, o los grupos internos.

El problema es que no hay tela de donde cortar. Emilio Chuayffet tiene los tamaños, pero Manlio Fabio Beltrones no lo quiere. Paco Rojas podría, pero trae marcado el fierro de Carlos Salinas. A Oscar Levín Coppel lo descalifica su trabajo en los gobiernos panistas, y así podríamos seguirle…

“La Cámara es muy compleja. Solo ella (Beatriz) tiene las calificaciones para coordinar”, nos dijo el diputado beltronista Marco Bernal, líder de la CNOP. El hombre confía en la inteligencia de la presidenta del PRI. Ella sabe que no tiene la fuerza para colocar a un incondicional en el cargo. “Si lo intenta, puede provocar una fractura, tiene que negociar con los gobernadores”, alerto.

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Nos llamó Armando Salinas. Quería responder a las críticas de un consejero del PAN que le reprochó haber otorgado su firma a César Nava, candidato oficial para contender por la presidencia del PAN. “La firma es para que contienda por la presidencia del PAN; no es un acta de matrimonio, ni un titulo de compra de mis convicciones panistas”, explicó el ex diputado federal del azul.

El Charro, como le dicen, aclara que tiene una larga historia personal con Nava, muy distinta a lo que la gente cree. Fueron diputados juntos. Lo sucedió en el Consejo General del IFE como representante del PAN; han defendido causas comunes y también se han encontrado en trincheras diferentes. Uno con Creel y el otro con Calderón.