La increíble historia de “la mujer del año 2010”

Margarita Rojas Rodríguez, ex directora del Cereso 2 de Gómez Palacio, no fue amenazada, ni maiciada, para dejar salir a los reos a cometer masacres en Torreón, por cuenta del crimen organizado. Los motivos que la llevaron a adoptar tan atroz comportamiento son apenas creíbles. Se enamoró de un sicario treintañero, que hacia con ella lo que quería, según autoridades locales, vinculadas con el caso.

Rojas Rodríguez no solo permitía a los presos salir del penal a matar por contrato en vehículos oficiales y con las armas de los custodios. Las celdas se abrían por las noches para que un grupo de ellos, tres o cuatro, asistieran a las agitadas fiestas que organizaba la directora del penal en su casa.

Antes de que se descubrieran sus debilidades, que tanta sangre costaron, Margarita aparecía como un ser humano ejemplar. No en balde el Comité Estatal de la Mujer propuso su candidatura como la Mujer del Año 2010.

Y es que el curriculum de la abogada era impecable. Nacida en Lerdo, se había graduado como licenciada en derecho en la Universidad de Coahuila. Fue agente del Ministerio Público en la Comarca Lagunera y Presidenta del Comité de Integración Ciudadana para la Seguridad Pública, en su localidad natal.

En el historial de Margarita, presentando al Comité Estatal de la Mujer, destacaba, sobre todo, su humanismo. La presentaban como la versión duranguense de la Madre Teresa: ayudaba a los pobres, tenía una niña adoptada. Y no solo eso. Había aceptado la dirección del peligroso penal de Gómez Palacio, cargo al que nadie le quería entrar. Mús aún: había logrado meter orden en la más violenta de las penitenciarias en Durango.

En ese mismo Cereso, antes de que Margarita llegara, se habían registrado dos motines, el último de los cuales dejó 20 muertos, según reportes de la prensa local. El anterior director, Tomás Asplan, no soportó la presión. El también se olvidaba de su deber y dejaba salir a los reos. Hoy cumple sentencia por sus delitos, pero está feliz. No se cansa de repetir que vive y tiene a la familia completa.

Fueron los reos del penal dirigido por Rojas Rodríguez los autores de la masacre de 17 personas que la madrugada del domingo 18 de julio en una fiesta que se celebraba en la Quinta Italia Inn, en Torreón. A esos mismos presos, se les atribuye la matanza cometida el pasado mes de febrero, en el Bar Ferrie de la misma localidad coahuilense, 10 muertos; y la del Bar Juanas, en mayo, otros 8 muertos. 35 en total.

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Sin conocerla, el gobernador del estado, Ismael Hernández Deras, distinguió a Margarita con el pomposo nombramiento “por su trayectoria y su valentía”. El mandatario recuerda que parecía una mujer que “había bajado al lodazal, sin mancharse…” Hoy se da cuenta de lo equivocado que estaba.

Hernández Deras, por cierto, está indignado y preocupado por las acusaciones que públicamente le hace el otrora priista José Rosas Aispuro, ex candidato aliancista a gobernador de la entidad, de que es aliado del Chapo Guzmán.

“No pude ser que su ambición desmedida y su cabrón rencor lo lleven a tales mentiras. Los otros grupos pueden tomarlo en serio. Me pone en riesgo a mi y a mi familia”, advierte. El gobernador reconoce que el problema del narcotrafico “es más grande que yo, sin duda”. Pero de alli a que lo conviertan en el “perro del mal” nomás no. “No me queda de otra, Voy a demandar a Aispuro”, remata.

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Hay fiesta en el Grupo Salinas. El motivo es que el Juzgado 9 del DF desecho “por notoriamente improcedente” la demanda de amparo presentada por la SCT en contra de las medidas cautelares dictadas por el Juzgado de Distrito en materia de Amparo y Juicios Federales de Tamaulipas. Esto significa que Cofetel y SCT deberán cumplir la orden judicial de no dictar fallo, ni adjudicar frecuencias de la licitación 21, “si es que no quieren sumar más desacatos a los que ya tienen acumulados”, puntualizan

6 de agosto

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