La prudencia de Marcelo; y el “protagonismo” de Navarrete

Marcelo Ebrard no quiere ni oír hablar del hipotético choque con Andrés Manuel López Obrador por la candidatura presidencial única. Está convencido que en medida ese debate se prolongue, la izquierda se va debilitar. “Es un error estratégico”, advierte.

Le preguntamos ayer sobre el evento del pasado domingo en el Zócalo. La designación del Peje, vía el plebiscito verbal, como precandidato presidencial de la izquierda. Su respuesta fue prudente. No va a ser desde el ayuntamiento donde parta el fuego amigo. Mucho menos contra quien, a pesar de todo, sigue siendo un activo. “Es perfectamente legítimo que Andrés haga su evento”, aseveró.

Más adelante, sin embargo, hizo notar “el tema” es como se va a definir la candidatura presidencial de la izquierda. PRD, PT, Convergencia tienen un pacto para apoyar un solo abanderado. El que esté mejor posesionado en las encuestas. Es la única opción para ser para ser competitivos. Ir con dos es la derrota.

Le hicimos ver que López Obrador presume un movimiento de entre 15 y 17 millones de personas, y que se ve muy difícil que a la hora buena diga “pásale Marcelo…” El jefe de gobierno sonrió con la observación. No pudo contener la ironía: “Si somos 17 millones, ya ganamos…”, dijo.

Y volvió al tema del pacto: ““No es nada más un problema de si queremos acatarlo o no, sino de qué cosa es lo que proponemos y quien puede agregar más fuerza y competir mejor. Si es él, hay que apoyarlo. Imagínate el daño que puede significar si el pacto no se respeta. Van a decir ‘no se ponen de acuerdo ni en lo que habían pactado.” La división puede hacer que perdamos todo, y eso no lo vamos a permitir”,

Marcelo no está de acuerdo con los que sostienen que el PT es un apéndice de Andrés Manuel, y que, al final, pacto o no pacto, se va a plegar a lo que él diga, aunque las encuestas ubiquen a otro como el mejor candidato de la izquierda “Es un partido que tiene claro que hay que ir juntos para ser competitivos. Eso es lo que va a ocurrir”, asegura.

El tema brincó al final de la reunión que sostuvo ayer con un grupo de comunicadores en el “salón oval” del Palacio del Ayuntamiento. El tema era la famosa Supervía a que le apuesta todo. Habló detalladamente del proyecto. Va un dato de los muchos que dio: : la velocidad promedio de desplazamiento en la Ciudad de México es de 12 kilómetros por hora. Con el ritmo de crecimiento que registra, si no se construyen obras de vialidad, bajará a ocho kilómetros por hora, con todo lo que eso implica en materia de tiempo de los desplazamientos y contaminación.
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Carlos Navarrete llegó a la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Senadores por obra y gracia de Manlio Fabio Beltrones. Me consta. El perredista no contaba con los votos suficientes para ser elegido al cargo. El PRD tenía apenas 26 senadores y necesitaba 65.

Pero el priista lo respaldó, operó, y su elección fue por unanimidad. Hace un año Manlio nos dio la primicia: Se iría al Instituto Belisario Domínguez para abrirle paso al guanajuatense. Y lo hizo no por aparecer como la versión sonorense de la Madre Teresa de Calcuta, sino por puro cálculo político. Beltrones va a presidir la mesa directiva en el 2011. ¿La razón? Al 11 le sigue el 12.

Paradoja: Navarrete fue severamente criticado ayer por el PRI. La fracción que coordina el senador Beltrones elaboró un extrañamiento en su contra. Lo publicó incluso en la Gaceta Parlamentaria, y lo iba a llevar al pleno. No llegó, pero el documento se hizo público.

La bancada tricolor acusa al perredista de haber incurrido en la “unilateralidad”, muchas veces con tintes partidarios, a lo largo de su gestión como presidente de la mesa directiva de la Comisión Permanente, pero también de padecer de “fiebre declaratoria”; “protagonismo”

Le reprochan tres cosas: haber recriminado al gobernador de Durango, Ismael Hernández Deras, la horrible historia de los reos de día y sicarios de noche; pero takbien haber anunciado, sin consulta con los grupos parlamentarios, que la reforma política está asegurada; y, sobre todo, no haber girado los citatorios, en los plazos acordados, para las comparecencias de los secretarios de Estado: Lozano, Molinar, Félix, Chávez Chávez, y otros mas. “Trabaja para el presidente de la República”, sintetizo el diputado David Penchyna.

Cuando le preguntaron sobre el extrañamiento Navarrete respondió: “Todos los políticos somos protagónicos, si no no fuéramos políticos, seríamos investigadores de laboratorio para estar siempre encerrados… todos”. Defendió, eso si, las plenas libertades para expresar sus puntos de vista que tienen los 128 senadores y los 500 diputados.

29 de julio

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