Aeropuerto.

El caso de Javier Herrera Valle, ex comandante de la PFP investigado por supuestos sobornos del Cártel del Golfo, comienza a cobrar dimensiones espectaculares. Un reporte confidencial de la SSP, en poder de este espacio, asegura que el ex comisario general, arraigado por la PGR , convirtió el Aeropuerto de la Ciudad de México en zona franca para los narcotraficantes, durante los siete años que controló “desde dentro y fuera” la seguridad en esa terminal aérea.

Herrera Valles trabajó en el Aeropuerto Benito Juárez de 1999 al 2002, como jefe de Operaciones Especiales. Tras su salida, afirma el reporte, personal de su confianza mantuvo el control de la seguridad en la terminal aérea, hasta el cambio de administración, en diciembre del 2006.

El ex comandante, quien se encuentra bajo arraigo, interpuso una queja ante la CNDH por violaciones a sus garantías individuales. Su hijo Eduardo asegura que en la Siedo pretendieron que rindiera su declaración ministerial, sin la presencia de su abogado (portal de La Jornada, 19, 11, 08).

La información de la SSP incluye, como soporte, un comparativo de aseguramiento de drogas en el AICM. Dos años se toman como referencia: 2001, cuando el ex comandante era mandamás oficial en materia de seguridad, y lo que va del 2008.

“En el año 2001 se realizaron 28 acciones en contra del narcotráfico, mientras que en el 2008, que aun no concluye, se han realizado 37 decomisos importantes de drogas”, contrasta el reporte.

Abunda: En el 2008 se han incautado más de tres toneladas de pseudoefedrina, así como dos toneladas 703 kilos de clorhidrato de pseudoefedrina, en tanto que en el 2001 no se realizó aseguramiento alguno sobre estos precursores químicos.

“Uno de los puntos estratégicos para los carteles de las Drogas es el control del Aeropuerto de la Ciudad de México”, concluye la SSP.

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Y mientras los mexicanos descubrimos sin sorpresa el grado de complicidad de los altos mandos de la policía, nuestros legisladores no logran el consenso para sacar a flote la Ley de Seguridad, radicada en la Cámara de Diputados, ni la Miscelánea Penal, que esta en el Senado. El periodo de sesiones se acaba el próximo 15 de diciembre y todavía no hay humo blanco.

“Es una bronca entre priistas”, asegura, contundente, el senador del PAN, Alejandro González Alcocer, presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara alta. El tema, según él, es que hay una guerra de protagonismos entre diputados y senadores del PRI. El panista acusa a Cesar Camacho, presidente de la Comisión de Justicia en San Lázaro, de quererse llevar a la Cámara baja la miscelánea penal, y enviar a Xicoténcatl la Ley de Seguridad.

“Eso es grilla barata; es triste que se trate de politizar un tema tan serio como es la seguridad”, reviró el diputado del PRI, Francisco Rivera Bedoya, secretario de la Comisión de Seguridad en San Lázaro. El legislador adelantó que es muy probable que la semana próxima los diputados dictaminen la famosa Ley de Seguridad.

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El ala menos radical del movimiento obradorista –la que quiere hacer política y no discursos y manifestaciones callejeras— está que no la calienta ni el sol. La decisión de Alejandro Encinas de renunciar a la secretaria general los deja en situación más que vulnerable frente a Los Chuchos. Se viene la elección de candidatos para las elecciones del 2009 en el PRD y no tienen interlocutor fuerte que empuje sus propuestas.

Los Chuchos, sin embargo, quieren mostrarse generosos. El senador Carlos Navarrete, coordinador del grupo parlamentario en la Cámara alta, nos dijo ayer que van a “subir” a los integrantes de Izquierda Unida, el grupo que respaldó a Encinas, a las decisiones del partido.

¿Cómo? Les van a ofrecer integrarse a la Comisión Política Nacional, que cuenta con 13 lugares. “Allí se diseñara la estrategia a seguir y se procesarán las candidaturas”, adelantó el legislador.

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Diputados del PAN empiezan a dar señales de desaliento ante la falta de operación política del partido en sus estados, de cara a las elecciones del 2009. Se quejan de que no hay estrategia, ni comunicación, ni apoyos por parte del CEN que encabeza Germán Martínez.

Peor aún. Sienten que la muerte de Juan Camilo Mouriño los dejo “huérfanos” políticamente. “El era el que realmente operaba”, aseguran.

A Germán nomás no lo entienden, ni lo soportan, ni lo quieren. Dicen que anda mareado y desubicado, que ha abierto flancos internos por todos lados. “Se ocupa mas de sus conferencias de prensa, que de la estrategia para posesionar al partido”, lamentan.

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