“Ponerse con una lana…”

Una semana antes del avionazo en el que perdió la vida, Juan Camilo Mouriño recibió una llamada para alertarlo sobre la “corrupción” que impera en Aeronáutica Civil. “Es importante que conozcas lo que allí sucede”, le dijo la voz, del otro lado de la línea. Ambos quedaron de revisar agendas para fijar una cita, pero ya no alcanzó el tiempo.

El autor de la llamada, un empresario-político a quien conozco desde hace muchos años, pretendía hacer del conocimiento del desaparecido Secretario de Gobernación, la facilidad con la que se pueden “comprar capacidades” en Aeronáutica Civil. “Cualquier piloto urgido de trabajo puede conseguir una licencia para conducir aviones que no conoce, si se pone con una lana”, aseguró.

El hombre hablaba con conocimiento de causa. El mismo tuvo una experiencia negativa, cuando contrató a dos pilotos para aviones de su propiedad. Ambos tenían la licencia en regla, pero uno de ellos, cuya impericia quedó en evidencia en un vuelo corto, acabó por confesar su desconocimiento del Jet que piloteaba. El certificado lo había comprado.

Antes pedirle la cita a Mouriño para advertirle sobre los riesgos de la corrupción en una actividad de alto riesgo, como es la aviación, buscó a Gilberto López Meyer, director de Aeronáutica Civil, para alertarlo de lo que sucedía en su edificio. La reacción del funcionario fue negativa, la discusión ríspida. López Meyer no volvió a tomarle la llamada. “Le dejè 10 mensajes con su secretaria particular, no hubo respuesta. Me cerró la comunicación”, dijo.

Juan Camilo Mouriño murió el 4 de noviembre en un accidente de aviación cuado regresaba de la Ciudad de San Luis Potosí. Las investigaciones han dejado muy claro que piloto y copiloto no estaban familiarizados con el Lear Jet 45 que se estrelló en las Lomas de Chapultepec.

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La noche del miércoles hubo una cena que reunió a un grupo de intelectuales con Jesús Ortega, presidente electo del PRD. ¿Que hacer con el partido? fue la pregunta que abrió la discusión que se suscitó en el prolongado encuentro (terminó después de medianoche)

Denise Dresser, Agustín Basave, Ricardo Rafael, José Fernández Santillán y Mauricio Merino habían sido convocados para que dieran sus puntos de vista e hicieran sugerencias. A Ortega lo acompañaban Jesús Zambrano, anfitrión, Héctor Bautista, dirigente de ADN; y la ex asambleísta Lorena Villavicencio.

Dos de los participantes nos comentaron el contenido de la plática y las conclusiones. Todos coincidieron en que uno de los principales retos que enfrenta el PRD de Jesús Ortega es dejar atrás la imagen de partido rijoso, revoltoso.

“Hay que eliminar la vieja liturgia de la izquierda; ir más allá de los “enojados” que quieren arreglar todo con movilizaciones y plantones; y abrirse a los “esperanzados” que quieren el cambio por la vía institucional”, sintetizó uno de ellos.

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El rostro de Jesús Murillo Karam, presidente de la Comisión de Gobernación del Senado, adoptó súbitamente una expresión seria. “No es que me quiera apropiar del Sistema de Seguridad; es que no me van a presionar para aprobar algo en lo que no creo”, advirtió el legislador priista.

Y en lo que no cree es en el articulado de la Ley de Extinción de Dominio que permite confiscar un bien a cualquier ciudadano que realice una operación de compra-venta con un integrante del crimen organizado, aún si no sabe con quien trata. Se le hace injusto, inaceptable. “Cada ciudadano tendría que tener un Cisen en su casa para saber exactamente a quien le vende”, alegó. Ni el PRI, ni el PRD, votaran a favor de esta Ley mientras eso no se corrija.
Otro tema, más del PRI, es la creación de un Instituto Nacional de Inteligencia que concentraría toda la información sobre reos, procesados, policías y bandas. Murillo Karam lo llama “el INEGI de la inteligencia”.
Los panistas, desconfiados, están convencidos de que el PRI intenta asumir un mayor control sobre el tema de la seguridad, con la creación de este organismo. La propuesta ya se le planteó al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont y los tricolores “esperan respuesta”, aseguró el senador azul, Alejandro González Alcocer, presidente de la Comisión de Justicia.
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Doña Perpetua es un crítico libro sobre Elba Esther Gordillo. Sus autores, los periodistas Arturo Cano y Alberto Aguirre, lo iban a presentar ayer en el auditorio Lauro Aguirre de la Escuela Nacional de Maestros. Todo estaba arreglado. No parecía haber problema alguno, como no lo ha habido en otras partes del país.

Súbitamente vino el cambio de señales. El evento fue cancelado. A los “maestros democráticos” que lo organizaron les dijeron que el libro contenía comentarios críticos no solo de Elba Esther, sino también de Luis Ignacio Sánchez, director de servicios educativos del DF. ¿Censura?

1 comentario:

Ontobelli کτγℓع dijo...

Pues suponiendo que en verdad se cayera ese avioncito en un "accidente". Hay que celebrar, porque ya era hora que la corrupción y la negligencia del gobierno se las cobrara cara a los responsables en los altos mandos. Han hundido y quebrado al país, han sido negligentes con miles de secuestros, asesinatos y robos y nadie tocaba a las lacras en el gobierno.

Gracias dios, ahi te encargo que tires más aviones con diputados y senadores corruptos.