voladas

Le preguntamos a Juan Camilo Mouriño sobre las versiones de su inminente salida de la Secretaría de Gobernación.

-¿Son puras voladas?—cuestionamos.

-- Si, puras voladas…--recalcó.

El funcionario no dejó que abundáramos en el tema. Desapareció lo más rápido que pudo. Pero la contundencia de la respuesta no dejó lugar a dudas de que la salida del titular en Bucareli no es para mañana. En la jerga periodística, una volada es una información falsa, mentirosa, sin sustento. El fuego amigo, alimentado por ambiciones personales, resultó poco eficaz.

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Nos topamos con Juan Camilo al término de la comida que el presidente Felipe Calderón le ofreció a su homólogo de Paraguay, Fernando Lugo Méndez, en el Castillo de Chapultepec. El almuerzo culminó con una original petición --por la forma en que lo hizo-- de Felipe Calderón al mariachi que amenizaba el evento. El presidente de la República colocó sus dos manos encima de la cabeza, simulando una corona, y segundos después sonaron las notas de El Rey.

Lugo Méndez, por cierto, sorprendió por su sencillez y humildad. Este ex obispo católico progresista, que acabó con 60 años de dominio del Partido Colorado en Paraguay, se levantó del sitio de honor que ocupaba y caminó hasta una de las últimas mesas instaladas el patio del alcázar, donde se realizaba el evento. La ocupaban, entre otros, dos destacados futbolistas paraguayos que militan en las filas del Club América: Salvador Cabañas y Enrique Vera.

Los dos se mostraron sorprendidos por el gesto. De inmediato se levantaron y comenzaron a charlar con su presidente. Calderón se unió al grupo segundos después. Fueron dos o tres minutos de charla. ¿Qué les dijo? Preguntamos a los paraguayos. “Que el 26 (de noviembre) tenemos un partido muy difícil contra la Selección de Uruguay, y que hay que ganar”, respondió Cabañas. ¿Y el presidente mexicano mencionó algo? ”Si, qué le va a Monarcas…”, repuso Vera.

El mandatario de Paraguay es un magnifico orador y un mejor crítico. A los gringos xenofobos les dio un rozón en su discurso, sin necesidad de nombrarlos. “México nunca puso muros a ningún extranjero, sino todo lo contrario. Por eso, tampoco aceptaremos jamás que nadie ponga muros a México”, señaló.

Y sobre la crisis financiera. “Quienes han defendido la libertad de mercado a ultranza, sin límites, sin humanidad, han olvidado que la Revolución Francesa había consagrado también a la igualdad y a la fraternidad. Y son esos valores que han resurgido hoy con fuerza…”
Dijo algo más que, sobra señalarlo, puede aplicarse perfectamente a la realidad del presidente Calderón. “Convivo a diario con instituciones que no controlo, que pertenecen al pasado que queremos superar, y a las cuales busco transformar en alianza de partidos y movimientos sociales democráticos.
“Todas las libertades públicas funcionan en el país, libertades y garantías que protegen aún a los que quieran destruirlas. Garantizo la libertad de expresión y lo seguiré haciendo, a pesar de recibir duros ataques, y lo haré porque esa es mi obligación y mis creencias….”
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Le solicitamos a Luís Carlos Ugalde que nos subrayara partes de su libro Así Lo Viví (Editorial Grijalbo) que no han sido reseñadas aún. Nos dio cinco opciones. Va la primera. Se trata de una conversación que sostuvo con el presidente Calderón, el 28 de agosto del 2007, en los momentos en que los embates contra el IFE estaban en su apogeo, y las cabezas de algunos consejeros, entre ellos la de él, eran exigidas por el PRI y el PRD.
“Presidente –le dijo Ugalde-- no es correcto para el futuro del país que alguien como Manlio Fabio Beltrones esté colocando a su gobierno y al Estado mexicano en tal situación de vulnerabilidad. Su gobierno no lo merece y menos el país. ¡Como es posible que el pasado, y quien representa a la clase política menos legitima, quiera ahora presionarlo y definir el destino de México!”
Cuenta el ex consejero presidente del IFE que al despedirse del presidente se dio cuenta de que dudaba. “Salí convencido de que las cabezas de los consejeros habían sido cedidas. Calderón había dado luz verde para vulnerar la independencia del IFE. No era su opción preferida, pero había cedido a la presión.” (Página 381).
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En el Alcazar nos tocó en la mesa con la periodista Guadalupe Juárez; el diputado del PRI, Samuel Aguilar; el simpático presidente del patronato de los Pumas, Víctor Mahabub Matta; y el embajador de Guatemala, José Luís Chea Urruela.
El diputado Aguilar, integrante de la Comisión de Hacienda, habló sobre el paquete económico para el 2009. “No hay dinero que alcance para tantas exigencias”, se quejo el legislador duranguense. Se refería a las exigencias de todos los gobernadores, sin excepción, de alcaldes, funcionarios y de todos los pedigüeños que se apersonaron en San Lázaro a exigir más lana. “No hay conciencia de la crisis que enfrentamos”, lamentó.

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