El Arco del Triunfo.

Ante las reiteradas preguntas que se han formulado en distintos ámbitos sobre la paternidad de la solicitud a Nicolás Sarkozy de no hablar en el Senado de l´affaire Cassez, me di a la tarea de reconstruir las negociaciones previas a la polémica visita que del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy.

En charlas con integrantes de la mesa directiva de ese órgano legislativo supe que la cosa estuvo así:

Antes de que Sarkozy arribara a nuestro país, llegaron a la Cámara alta de México noticias de que el Senado francés le había pedido a Sarkozy que suspendiera su viaje a México, en protesta por el affaire Cassez. Los diputados, por el contrario, respaldaban la visita, a condición de que el jefe de estado de aquel país hiciera del tema un casus belli.

El conservador presidente francés hizo también una “petición indeclinable”: que la sesión del Senado se adelantara al lunes 9 de marzo— cuando normalmente es los martes- y que se le permitiera extenderse en el uso de la palabra de 15 a 35minutos.

“¡Ah cabrón! ¿Qué hacemos?” se preguntaron en la mesa directiva, según uno de sus integrantes.

Después de discutir ampliamente el punto, los senadores aceptaron ajustar los tiempos a las necesidades del mandatario francés. Sabían que Sarkozy quería abordar el espinoso tema durante su discurso en Xicoténcatl, pero consideraban que la tribuna de la Cámara alta no era lugar para tratar un asunto que compete exclusivamente a los poderes ejecutivos.

“No es propicio hacerlo, los senadores no tienen jurisdicción” coincidieron en la mesa directiva. Fue entonces que acordaron solicitar a la Secretaria de Relaciones Exteriores y al embajador de Francia en México, Parfait, que le comunicara a Sarkozy la sugerencia de que no abordara el tema Cassez, exclusivamente en esa tribuna.

Ya sabemos todos que el jefe de estado francés simple y sencillamente se pasó por el arco del triunfo –y no precisamente el que está en Champs Elysees – la sugerencia de los senadores, a quienes mandó por adelantado el discurso que iba a pronunciar.

Me consta, porque lo leí antes de la llegada del mandatario francés-- que no venía ni una sola palabra sobre l´affaire Cassez. Simple y sencillamente engañó a sus anfitriones y, ya en la tribuna, los balconeó con esa soberbia propia de Napoleón, y no de un jefe de estado en visita oficial a un país amigo.

Y todavía hay algunos que celebran en México los desplantes de Sarkozy.

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Hay coincidencia en los medios políticos mexicanos que lo único que logró el jefe de estado francés fue complicar el caso. El partido en el gobierno ya se pronunció en contra de la repatriación de Florence. “Tengo una lista de 100 muertos que fallecieron, en cautiverio, entre ellos varios niños”, nos dijo ayer el senador del PAN, Felipe González.

El legislador llevaba una copia del Convenio de Estrasburgo, que permite a los reos extranjeros compurgar la pena de cárcel en su país de origen. Le buscaron hasta que le encontraron. El artículo 3F de ese tratado internacional establece que tanto el estado de condena, como el estado de cumplimiento, deberán de estar de acuerdo en el traslado del reo.

Hasta el muy francófilo Porfirio Muñoz Ledo lamentó la postura de Sarkozy. “Es un asunto de pierde-pierde. Si no transfieren a Cassez a una cárcel de Francia, él queda mal; si la transfieren, queda mal Felipe Calderón”, observó el agudo político. Y confesó: “Sarkozy es más de derecha de lo que creí”.

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Pablo Gómez entró al salón de sesiones de Senado con el celular en la mano. Le acababan de informar que la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputado aprobó, con diferencia de un voto, la famosa Ley de Salarios Máximos (nadie gana más que el Presidente), pero con una modificación de fondo: sólo aplica para los funcionarios de representación popular.

“Todos sabemos que el mayor problema no esta allí; que donde se pagan sueldos estratosféricos es en la burocracia, así no tiene caso”, lamentó el senador del PRD, quien no tuvo empacho decir el nombre del diputado del PRI que le dio al PAN el voto que necesitaba para sacar adelante el proyecto. “Se llama Raúl Cervantes”, dijo.

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El general Rafael Macedo de la Concha, ex Procurador General de la República, va que vuela para diputado del PAN. Es de los casos excepcionales que integrado en las listas tanto de mayoría como de representación proporcional. La figura se llama duplex y es absolutamente legal. Al general lo postulan como uninominal en Tula, donde es muy popular, para que le jale votos a Acción Nacional, pero también en los primeros lugares de las pluris para asegurarle la curul.

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