Salarios de escándalo.

Hace dos semanas que el senador del PAN, Ricardo García Cervantes, trata de subir un punto de acuerdo a la tribuna de la Cámara alta para acabar con sueldos y compensaciones exorbitantes de los servidores públicos. No se ha podido. La propuesta fue colocada entre los últimos puntos en el orden del día, y la sesión se agotó otra vez, sin que el tema pudiera ser abordado.

Aconsejados por el senador del PRD, Pablo Gómez, autor de la llamada Ley de Salarios Máximos (nadie puede ganar más que el presidente de la República) nos acercamos a platicar con García Cervantes. El legislador panista hizo una investigación sobre las percepciones “inmorales” –así las llamo-- de algunos funcionarios.

Nos mostró, de entrada, lo que gana como senador. Su salario bruto es de 171.4 mil pesos mensuales. Le descuentan 51,310 pesos de impuestos; 554 pesos de ISSSTE; 541 de cesantía y retiro; 102 de seguro de invalidez; 85 de servicios sociales y culturales. 12,600 pesos es la cuota que dona al partido. Le quedan 107 mil pesos netos. Suficiente para vivir en la “honrosa medianía de la que hablaba Benito Juárez”, nos dijo.

El coahuilense no tiene objeción de que le quiten un 10 por ciento adicional para el fideicomiso, fondeado con donaciones de diputados y senadores, que Carlos Navarrete propone para obras de bienestar social. Considera, sin embargo, que la propuesta del coordinador de los senadores del PRD es “demagógica”. El panista se pregunta, una y otra vez, porque en lugar de proponerla directamente en el Senado, donde tiene probabilidades de aprobarse, “la mandó” a la Cámara de Diputados.

Ricardo llevaba consigo un fólder amarillo. Dentro, la información en la que iba a respaldar su punto de acuerdo. Lo abrió para compartirlo con los lectores de Arsenal.

Allí leímos que un ministro de la Suprema Corte gana el doble (334 mil pesos mensuales) que un senador, sin contar con un misterioso “fondo de ahorro”, que nadie sabe a cuanto asciende, pero que todo mundo estima como enorme. López Obrador calcula que el ingreso mensual real de un ministro es de 600 mil pesos. “Puede que sea más”, sugirió del senador azul. García Cervantes le comentó a Gómez que en su investigación sobre la Corte detecto que hay un bono por un millón de pesos ¡para útiles escolares!

El tema volverá a ser incluido en la agenda del próximo jueves. García Cervantes espera subirlo, ahora sí, ese mismo día. Hay que ver que dicen los coordinadores.

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“Ya viste lo que puede hacer una mujer despechada”, soltó, mordaz, el senador del PRD, Arturo Núñez, apenas se enteró de la renuncia de Luis Téllez como titular de la SCT. Hablaba, obvio, de la grabación que Diana Anabel Pando, amiga del ahora ex funcionario, hizo llegar a la periodista Carmen Aristégui. En esa grabación, usted lo recuerda, Téllez acusó a Carlos Salinas de haberse robado la mitad de la “cuenta secreta”.

El senador del PRI, Adolfo Toledo, intervino posteriormente para corregir con sarcasmo: “No fue una, sino dos mujeres despechadas: la sentimental (Pando) y la política (Purificación)”.

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A Téllez lo reemplazó en la SCT Juan Molinar Horcasitas. “¿Lo conoces?” Preguntó el senador amarillo, Carlos Sotelo, al secretario técnico de la fracción parlamentaria, Eduardo Espinosa. “Sí, es más duro que Téllez” reviró el llamado Chino, quien fue compañero de Molinar en la Cámara de Diputados.

Pablo Gómez se mofó: “A Molinar lo hicieron experto político-electoral; luego experto en temas sociales y de salud, y ahora experto en comunicaciones”.

-- ¿Quién substituye a Molinar en el IMSS? Preguntó Pablo.

-- Un tal Karam, que estaba en el Seguro Popular—informó el Chino Espinosa.

--¿No es pariente de Jesús Murillo Karam? Insistió.

Y se soltaron las risas

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A Daniel Karam lo conocí hace apenas unas semanas en una comida celebrada en un hotel de Polanco. Era entones el director del exitoso programa del Seguro Popular. Lejos estaba de imaginar que un escándalo, que inicio como un aparente problema de alcoba, lo iba a proyectar al cargo de director general del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Karam se mostró abierto, poco dogmático, a lo largo de la plática. Me quedé con su preocupación de que los yunques del PAN, montados en el Seguro Popular para hacer propaganda electoral, le dieran pretexto a los gobernadores de todos los signos de colgarse la medallas, al tratarse de un programa que funciona con recursos federales, pero operado por las autoridades locales.

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Hoy cumple 80 años el PRI. La plana mayor de ese partido se trasladará a la Ciudad de Querétaro para conmemorarlo. Las encuestas nos adelantan que aún con sus ocho décadas a cuestas, se encamina nuevamente a ser la primera fuerza política del país. Es el partido de la experiencia, de las instituciones, el que permitió la gobernabilidad en momentos difíciles, pero también el de las mañas y la corrupción. ¿Habrán aprendido de sus errores?

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