“Son unos mensos”

El presidente Calderón operó personalmente el voto a favor de la alianza con la izquierda en Oaxaca. Lo confirmaron a este reportero integrantes de la dirigencia nacional panista. El primer mandatario hizo llamadas telefónicas a miembros del CEN azul, para pedir respaldo a la coalición que va a postular al obradorista Gabino Cué como candidato a gobernador en esa entidad.

Otro elemento que jugó a favor de la alianza del PAN con los partidos que –paradójicamente- no reconocen a Calderón, es el “profundo desprecio” con el que Fernando Gómez Mont trató a los integrantes del CEN, en su alegato contra las coaliciones. “Son unos mensos”, les dijo el titular de la Segob, antes de irse de la sede del partido, sin esperar el debate interno.

En la cúpula panista confiesan que esperaban que por lo menos seis integrantes del Comité Ejecutivo –de un total de 41- se pronunciaran en contra de la polémica alianza. Pero después del “convincente” discurso de don Fernando y las sugerentes llamadas de Los Pinos, 40 votaron a favor y solo hubo una abstención.

A base de testimonios pudimos reconstruir las horas previas a la renuncia de Gómez Mont, quien argumentó “razones profesionales que no puedo revelar”, al anunciar su salida del partido en el que ha militado tantos años. Es un secreto a voces que el secretario de Gobernación pactó con los priístas el respaldo a la Ley de Ingresos del 2010, a cambio, entre otras cosas, de la promesa de que el PAN no haría coalición en Oaxaca con el PRD, el PT y Convergencia.

A las 17 horas del pasado martes, el secretario de Gobernación se encerró con César Nava, jefe nacional del PAN, en las oficinas de este último, en Avenida Coyoacán.

“Es absurdo ir a las alianzas, vamos a perder la interlocución con el PRI”, argumentó el inquilino de Bucareli. Nava no le compró el argumento. Palabras más, palabras menos, el jefe panista repuso que era la única forma de ganarle a Ulises Ruiz en Oaxaca. El tono subió. Media hora después, dieron por terminado el encuentro, sin llegar a un acuerdo.

A las 17:30 se junto el quórum. Comenzó la reunión del CEN. El primero que habló fue José González Morfin, secretario general del partido. Detalló los acuerdos alcanzados con el resto de la coalición. Luego tomó la palabra Gómez Mont. De entrada se desmarcó de su jefe. “Lo que voy a decir es personal, no represento a nadie”, destacó. Y se lanzó en su exposición. Sabedor de que era una batalla perdida, no desperdició mucha saliva. En 20 minutos desahogó su alegato. Apenas terminó, se paró y se fue, sin esperar respuesta.

El cónclave siguió. Habló la diputada Josefina Vázquez Mota, a favor; el ex jefe nacional, Germán Martínez, a favor. El senador Humberto Aguilar, a favor. Este último, integrante del grupo de Santiago Creel, lamentó la actitud de Gómez Mont. Hizo público su disgusto por el adjetivo de “mensos” que el funcionario les endilgó.

Al día siguiente hubo una comida en Los Pinos. En la mesa: Josefina Vázquez Mota, Felipe Calderón, Gómez Mont, César Nava y Gustavo Madero. Nueva discusión, muy ríspida. El ahora ex panista repitió su alegato: la interlocución con el PRI está liquidada. La reforma política, también. Fue sacrificada a la alianza, advirtió. Fue allí donde entregó a Nava su renuncia al partido.

En el CEN asumen que Gómez Mont consultó con Calderón los acuerdos que supuestamente hizo con el PRI. La pregunta es que, suponiendo que Felipe sabía del pacto, ¿por qué renunciar al PAN, si el que le falló fue su jefe? Por cierto que en el entorno de Nava son formales: nada sabía el hombre de lo negociado con el tricolor.

En la opinión no pasó desapercibida la incongruencia que significa renunciar al PAN y quedarse en la Segob. En el Senado recogimos la versión de que Gómez Mont sí renunció al cargo, pero que el Presidente le pidió que aguantara. Esta versión ayudaba a Don Fernando a neutralizar críticas, pero en Bucareli la desmienten casi con furia: nunca renunció a la Secretaría. ¡No me ayudes compadre!

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