Abusos en San Lázaro

Documentos del Comité de Administración de la Cámara de Diputados, que están a la vista en internet, descubren la escandalosa discrecionalidad con la que se manejan los recursos públicos en San Lázaro, a pesar de que existen ordenamientos diseñados para impedir abusos.

La norma de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios de la Cámara baja ordena que el importe de los contratos por adjudicación directa se ubique en el rango comprendido entre un peso y 120 salarios mínimos mensuales. Si hacemos cuentas, el mínimo mensual es de mil 723 pesos (por 30 días.) Multiplicado por 120, la adjudicación directa no debe exceder los 206 mil 820 pesos.

Pero el Comité de Administración de la Cámara de Diputados, amparado en el hecho de que en noviembre pasado no se había aprobado aún el Programa Anual de Adquisiciones, autorizó adjudicaciones directas “por excepción”, de contratos que suman casi 300 millones de pesos.

Los documentos dejan al descubierto la adjudicación directa de contratos de seguros, de vales; y de servicios, cuyo importe está muy por encima del autorizado. Llama la atención la partida presupuestal 1507 en el que se lee: “Vales .- prestaciones establecidas por condiciones generales de trabajo o contratos colectivos de trabajo; monto 94,500,000.00 pesos.

Pero también la partida 1512.1 que autoriza 42,015,764.00 pesos para “Vales.- Otras prestaciones para empleados de la Cámara de Diputados”; la 1407, para “Seguro de Separación Individualizado de Mandos Medios y Superiores”, por 42,017,708 pesos; o la 3414.1, para Seguro De Gastos Médicos de Diputados; 38,433,254.00, y así por el estilo.

Junto con el mencionado documento tenemos copia del Acta de la Reunión Ordinaria del Comité de Administración del 26 de noviembre del 2009, en la que se autoriza a la Secretaría de Servicios Administrativos y Financieros proceda a adjudicar los contratos mediante la modalidad de adjudicación directa. La firman los diputados Heliodoro Cárdenas, PRI, presidente, Mary Telma Guajardo Villarreal, PRD; Diego Guerrero Rubio, PVEM; Jaime Arturo Vázquez, Nueva Alianza.

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La muerte del preso político cubano, Orlando Zapata Tamayo, tras una prolongada huelga de hambre originada por malos tratos, salpicó de fea manera a los presidentes latinoamericanos que asistieron a la Cumbre de la Unidad, celebrada a principios de la semana en la Riviera Maya.

Los mismos que apapacharon a Raúl Castro y elogiaron sus buenos oficios para calmar la bronca entre el venezolano Hugo Chávez y el colombiano Álvaro Uribe, se han quedado callados ante la trágica muerte de Zapata, y eso ha llamado poderosamente la atención.

Este silencio no ha pasado desapercibido en el exterior. El ex canciller Jorge Castañeda, amigo de este reportero, puso a circular en internet un artículo publicado por el diario catalán La Vanguardia que deja muy mal parados a los asistentes a la cumbre. El artículo, escrito por Joaquim Ibarz, deplora que “ni uno solo de los jefes de estado que se llenan la boca hablando de democracia y solidaridad continental formuló la mínima condena al régimen cubano.”

A Felipe Calderón, anfitrión de la cumbre, lo critica por haber incluido a Raúl Castro en el “club de presidentes democráticos” y por haber vetado la presencia del presidente hondureño Porfirio Lobo “porque no le satisfacían sus credenciales democráticas.”

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El viejo refrán dice que más pronto cae un hablador que un cojo. Aplica muy bien al senador del PVEM, Arturo Escobar, quien ayer firmó con Cenovio Ruiz, presidente del PRI en Sinaloa, una alianza que compromete a los verdes a respaldar Jesús Vizcarra, casi seguro candidato a gobernador del tricolor. El propio Escobar nos dijo hace días que su partido iría con el senador Malova, con la camiseta que se pusiera. El tema no es menor. El PVEM vale cinco puntos en esa entidad, lo que puede resultar decisorio en unos comicios cerrados.