“Escupir sangre por la indiferencia”

Al correo de Arsenal llegó un fuerte reclamo sobre la indiferencia de editorialistas, analistas, columnistas frente a la violencia del narcotráfico que se vive en Sinaloa. El remitente tiene nombre y apellido. Lo omitimos por razones obvias.

Indignación, impotencia y rabia se mezclan en esta reflexión, que traduce el sentir de los que viven en zonas controladas por el crimen organizado y soportan el fracaso del Estado para cumplir con su responsabilidad número uno: garantizar la seguridad de los ciudadanos. Dice textual:

“¿Qué esperan los editorialistas mexicanos para escribir, analizar, investigar, denunciar sobre este problema que es de seguridad nacional? ¿Porque la revista Time manda corresponsales a cubrir una investigación en Culiacán y ustedes no dejan de escribir día tras días sobre el News Divine?

“El jueves pasado murieron 14 personas en Sinaloa, en 7 horas, entre ellos dos profesores universitarios y dos menores de edad. 11 civiles inocentes, que trabajaban en un taller mecánico, murieron en forma instantánea y ustedes siguen indiferentes a este fenómeno.

“Ayer los sicarios tuvieron a 50 rehenes en un centro comercial de Mazatlán por más de tres horas angustiantes, y ustedes siguen hablando de la reforma energética. Hoy murieron 8 niños y adolescentes, y ustedes hablando de espionaje.

“Ojalá que sus hijos se hagan drogadictos para que vean que el narcotráfico es algo que afecta no sólo la vida diaria de los sinaloenses, sino la vida de los todos los drogadictos y sus familiares en México, y de todas las personas en general.

“¿Qué esperan para tratar el tema con el rigor que se merece? Hasta mandaron reporteros de la televisora AL Jazzera para investigar la violencia en Culiacán y Tijuana; los franceses también mandaron reporteros a Culiacán ¿y ustedes? Hagan su trabajo y empiecen a escribir, que voy a escupir sangre de coraje por su indiferencia”.

No se necesita mucho para entender las razones por las cuales los gringos, los franceses y los árabes tienen enviados en Sinaloa y Baja California. Basta con echarle un ojo al saldo rojo de la guerra contra el narco en todo el país. Desde el 1 de diciembre del 2006, fecha en que Felipe Calderón asumió la presidencia de la Republica, al día de hoy, se han registrado más de 4500 muertes vinculadas con el crimen organizado.

Va un comparativo: Israel y Palestina, que viven en guerra permanente, registraron un total de 383 muertos en el 2007; en Colombia, en el peor año, 2005, hubo 1,112 muertos por la violencia derivada de la guerrilla y el narcotráfico. En la guerra de Líbano, durante el 2006, fueron 750 los muertos.
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Las relaciones entre el PRI y el gobierno federal no cesan de deteriorarse. El diputado del tricolor, Samuel Aguilar, nos da cuenta de otra queja, una más, contra el Gobierno Federal.

Denuncia que desde hace dos semanas, a los delegados de las distintas dependencias los han convertido en espías al servicio del régimen. El fenómeno se recrudece, obviamente, en las entidades donde gobierna el PRI o el PRD. “Le reportan directamente a la secretaría que les corresponde”, asegura el legislador. Aguilar dice contar con testimonios de varios delegados que se han visto obligados a cumplir con la infausta tarea. ¿Será?
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Por cierto que el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, le abonó ayer al explosivo tema del CISEN y el supuesto espionaje a legisladores y políticos destacados del tricolor. “No se vale que una institución pueda eventualmente estar haciendo trabajo de investigación política, para fines político-electorales”, aseveró.
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Santiago Creel reveló ayer que uno de los argumentos que le dio el presidente del PAN, Germán Martínez, para separarlo de la coordinación de los senadores del PAN fue su conflicto con las grandes televisoras. Una de ellas (Televisa) llegó incluso a borrarlo de la pantalla. “Fue (el de Martínez) un argumento igualmente reprobable, por agraviante”, puntualizó.

Uno de los que más rabiosamente reaccionaron a este argumento de las televisoras fue Javier Corral, integrante del CEN del PAN. “Ahora resulta que las televisoras deciden quien coordina a los senadores del PAN”, le dijo a Martínez.

Hubo también otros dos argumentos que el senador panista comentó con este reportero, al día siguiente de que Germancito lo separó del cargo: que estaba en puerta una rebelión en la bancada, lo que resultó falso, y que no daba resultados en la reforma energética. ¿Los dará su relevo? Es pregunta.

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