Los motivos de Espino.

Charlamos con Manuel Espino después de que anunciara en Primero Noticias, el programa de televisión que conduce Carlos Loret de Mola, que no buscará reelegirse como presidente del PAN.

Nos aseguró que en el seno del PAN, un grupo estaba preocupado con la posibilidad de que él continuara al frente del partido, y siguiera poniendo los puntos sobre las íees. “De todas maneras lo voy a hacer, pero ya sin la responsabilidad de la dirigencia”, advirtió el duranguense.

Manuel precisa que su posible participación en la contienda generaba rechazo en “algunos” –no quiso precisar quienes-- que se sentían inseguros en sus proyectos particulares, pero negó que esa haya sido la causa de su decisión.

-- ¿Su decisión tampoco tiene que ver con la fortaleza de Germán Martínez, candidato de Felipe, y el apoyo que tiene de Los Pinos?- le preguntamos

-- Ciertamente que si hay apoyos del gobierno a Germán, y eso como que no le cae muy bien a mucha gente. Pero yo no hice cuentas. Me remito a los hechos. Hace tres años le dieron todo el apoyo a Carlos Medina, se armó una cargada en su favor. Los números eran muy desfavorables para mí. Si hubiera hecho cuentas no le entro.

“Lo hice con el propósito de dar un testimonio de la necesidad de rescatar la práctica política al estilo del PAN. Eso generó condiciones, y al final una victoria. Me siento capaz de convencer a gente de voluntades libres. No le tengo miedo a la competencia. Mi valoración es de otro tipo.

“Es muy triste que la gente le entre a una contienda asumiendo una actitud de cuentavotos. El partido participo muchas veces en elecciones a sabiendas de que no iba a ganar, pero entendía que había que dar testimonio, sabía que su esfuerzo iba a empujar un proyecto de largo plazo. Tenemos que regresar al concepto de ver la causa superior, y no el proyecto particular que se agota en un trienio o en un sexenio.

Al encaminarse a la puerta de salida del edificio de Coyoacán, Espino lanzó una voz de alerta sobre el “cambio” que se produce en Acción Nacional y que ha llevado a la intromisión del gobierno en lo asuntos internos, la compra de voluntades con ofrecimiento de cargos, practicas como el dedazo.

-- ¿Si deja el campo libre esto puede mejorar? -- cuestionamos.

-- Pues francamente no lo se, pero como dirigente del partido, al exigir congruencia, respeto a las reglas, a la tradición democrática del partido, se generó una especie de corriente rebelde, contestataria, que tampoco es bueno que se genere

El duranguense asevera que la crítica que hace al partido es compartida por muchos panistas. “No he tenido un sólo reclamo, puras expresiones de reconocimiento, de felicitación, de darme la razón. A muchos les dije ‘pero no me lo digas a mi, dilo públicamente. Aquí necesitamos voces que se atrevan a decir en voz alta lo que está pasando en el partido”, remató.
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Dice bien Marcelo Ebrard cuando señala que “cada quien hace sus declaraciones y muestra altura política con lo que dice”. El jefe de gobierno del Distrito Federal enseña la suya cuando critica a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano por allanarse a la realidad y decir que hay que reconocer que Felipe Calderón “está gobernando”.

¿Se le habrá olvidado a Marcelo que mientras él le cargaba el portafolios al entonces salinista Manuel Camacho Solís, el hijo del general Cárdenas combatía el régimen autoritario al que entonces servía? ¿Estará conciente de que es beneficiario de libertades que desde la secretaria de gobierno del DF no ayudó a construir sino a combatir?

Apenas el viernes pasado, la ex diputada federal del PRD, Adriana Luna Parra, recordaba que el ahora publicitado señor de las playas artificiales “nos aventaba encima los caballos” cuando los cardenistas se manifestaban contra el fraude electoral del 88.

A Ebrard le falta crecer para alcanzar la estatura de Cárdenas. Ni siquiera se atreve a cortarse el cordón umbilical que lo ata a López Obrador, por puro cálculo político. Llegará el momento en que sus intereses choquen con los del legitimo y entonces veremos de que está hecho.
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El Senado está por designar al consejero de la Judicatura Federal que debe sustituir a Constancio Carrasco Daza, quien pasó a formar parte del TEPJF hace casi un año. La Junta de Coordinación Política del Senado podría concretar hoy esa designación. Hay 29 aspirantes que cumplieron con los requisitos de la convocatoria. Los mencionados son los magistrados federales Jorge Meza Pérez e Indalfer Infante González, avalados por la Suprema Corte de Justicia.

No se descarta la inclusión de un tercero que no forme parte del poder judicial. La posición vacante corresponde, de acuerdo al diseño institucional original, a un “consejero ciudadano” proveniente de la academia o del ejercicio independiente de la abogacía.

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