El enfado de un arzobispo.

El arzobispo de la Iglesia Ortodoxa, Antonio Chedraui, integrante del Grupo Por México, jura que alguna vez una vez que tuvo enfrente a Juan Camilo Mouriño, cuando era jefe de las oficinas de la Presidencia, le hizo notar la necesidad abrir las puertas de Los Pinos a los líderes de la sociedad.

“Alguien tiene que manifestarle al presidente la realidad de las cosas, y que no sólo escuche a sus colaboradores decirle que todo va muy bien”, le expuso, con razón, el religioso. Mouriño aparentemente fue muy receptivo, pero no ha habido encuentro con el Presidente de la República.

Chedraui señaló que en el año cuatro meses que el presidente Felipe Calderón lleva en el poder, no ha recibido una sola llamada de su secretario particular, César Nava. El arzobispo echa de menos los tiempos en que charlaba frecuentemente con Alfonso Durazo, entonces secretario particular de Vicente Fox; y con su esposa Martita, que si tenía “el don de la política.”

La anécdota, que escuché accidentalmente en la mesa de un restaurante en la colonia Polanco, ilustra el sentimiento de que existe entre algunos notables por el cerco que sus colaboradores más cercanos han establecido alrededor del presidente de la República. Me llamó poderosamente la atención que idéntica queja han expresado, en corto, algunos legisladores del PAN.

Dice también que Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación, le canceló una cita, que él no pidió, hasta en ocho ocasiones. Finalmente lo recibió hace poco, pero el religioso ya estaba muy enojado.

Chedraui, por cierto, contó que una reportera le preguntó si estaba a favor de otorgar a los ministros de culto, plenos derechos ciudadanos para votar y ser votados. El arzobispo respondió: “no, porque esos cargos son temporales y yo soy permanente. Han pasado ocho presidentes y yo sigo siendo el Rey”, repuso, parafraseando a José Alfredo Jiménez.
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Entre legisladores del PAN hay desconcierto y enfado por la forma como el jefe del Ejecutivo ha manejado el tema de la reforma energética. Sienten que el presidente de la República se ha dejado arrebatar la iniciativa por el legítimo y que la iniciativa difícilmente podrá ser debatida en este periodo. Algunos ya hasta le administraron los santos óleos.
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Los coordinadores parlamentarios del Frente Amplio Progresista se reunieron la noche del lunes con el legítimo, en sus oficinas de la calle de San Luís Potosí. Al día siguiente, muy obedientes, subieron a la tribuna del Senado un punto de acuerdo en el que exigen del gobierno federal la apertura de un debate nacional sobre el polémico tema, que volvió a colocar a López Obrador bajo los reflectores.

Algunos colaboradores de Jesús Ortega se apresuraron a difundir la especie que el punto de acuerdo constituía la derrota de la política de los “cercos, comandos y bloqueos”, promovida por los radicales del obradorismo, frente a la posición institucional de debate nacional, manifestada por el candidato de Nueva Izquierda.

Pero en el PAN no se tragaron la píldora. “Hablan de debate, pero no han retirado la amenaza de bloquear las calles, cercar el Congreso, cerrar aeropuertos”, nos dijo un legislador del azul.
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Este miércoles se cumple el último plazo auto impuesto por la Comisión Técnico Electoral del PRD para dar a conocer al ganador de la elección para renovar a la dirigencia nacional. El sentimiento generalizado es que tampoco el día de hoy habrá resultados. Siguen los bloqueos a los cómputos.

Los encinistas quieren reventar la Comisión que preside el senador Arturo Núñez, y llevar el cómputo a Garantías y Vigilancia, le tribunal del PRD. Jesús Ortega se opone rotundamente a la maniobra. “El único facultado para hacer los cómputos, no hay otro, es la Comisión Técnica, lo otro es una argucia”, comentó el candidato de Nueva Izquierda.
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Marina Arvizu, coordinadora del grupo parlamentario de ¿Alternativa? en la Cámara de Diputados, no reconoce la elección de Alberto Begné como presidente del ahora llamado Partido Social Demócrata. “No está dicha la ultima palabra; no tenemos la certeza de que sea el presidente; la decisión dependerá de los tribunales”, subraya la diputada.

Tampoco está dispuesta a dejar la jefatura de la bancada, que se integró con diputados prestados del PT. “No hay nada que defina que el CEN elige al coordinador parlamentario, a menos de que hayan cambiado los estatutos unilateralmente”, puntualiza. Y si los cambiaron, va a arder Troya.