"Nos trataron de la chingada."

Al final de la larguísima comparecencia ante diputados del PRI –cinco horas—Jesús Reyes Heroles, director de PEMEX, estaba que tronaba. No sólo no había comido, sino que lo habían tratado “de la chingada”, según sus propias palabras. Sin aviso previo, junto a Geogina Kessel, secretaria de Energía, lo llevaron como sparring a San Lázaro, para que los legisladores del tricolor hicieran su “catarsis” en torno a la reforma energética.

Reyes Heroles se quejaba de que nadie había operado la reunión. El formato parecía diseñado para colocarlos contra la pared. Tres preguntas de los diputados del PRI, y una respuesta de los funcionarios, sin derecho de réplica. Así se la llevaron siete rondas.

Para colmo, el diputado Gerardo Sosa le jugó rudo. “No se si el director de PEMEX conoció a un distinguido priista llamado Jesús Reyes Heroles.”, manifestó el hidalguense, con toda la mala leche del mundo.

A Kessel y Reyes Heroles les dijeron de todo: ineptos, catastrofistas, manipuladores, mentirosos, ignorantes, timoratos y otras lindezas por el estilo. Los priistas daban rienda suelta a sus sentimientos. No había nadie para matizar. Emilio Gamboa, jefe del grupo parlamentario, ni siquiera se presentó en el Salón Verde. “Está en la Junta de Coordinación Política”, explicaban.

Carlos Rojas lanzó la primera piedra. El diagnóstico sobre PEMEX, que elaboró la Secretaria de Energía, contiene una visión catastrofista para la actividad petrolera en México, dijo el ex titular de la Sedesol. Especuló: “Todo obedece a una vieja práctica, bastante desgastada. Primero ahogar financieramente, deteriorar a las instituciones; luego desprestigiarlas, para, finalmente, prepararnos para lo peor: plantear que no hay otro camino más que cerrar o vender”

Los funcionarios aguantaron estoicamente. Se atuvieron al libreto: no se modificará el artículo 27 de la Constitución; no se privatizará ni un tornillo, el de PEMEX es más que un problema financiero; hay que poner la tecnología a su alcance. Las reservas declinan. Tenemos que ir a mar profundo, o no habrá seguridad energética para las generaciones que vienen. “Es el puro estilo Paco Gil”, comentó, con ironía, un legislador del PAN.

Kessel aseveró, en el minuto 301 de la comparecencia, que lo vivido en San Lázaro era el “mejor ejercicio” que le ha tocado ver, en términos de un sistema democrático. “Eso es masoquismo puro”, comentó, mordaz, un reportero.

Y mientras en el Palacio Legislativo hacían puré a los funcionarios del sector energético, Juan Camilo Mouriño recibía en Bucareli a gobernadores de filiación prista, para conversar sobre el tema del petróleo, según el diputado Samuel Aguilar.

Otro priista, el senador Manlio Fabio Beltrones hacia lo suyo en Campeche. Anunciaba que el PRI presentará, en mayo próximo, su propia iniciativa, si el gobierno federal no asume su responsabilidad.
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Lo hemos repetido hasta el cansancio. López Obrador apuesta por la anulación de los comicios internos, y la imposición de un presidente interino. No quiere aparecer como el gran derrotado. Aceptó públicamente la anulación en la comentadísima entrevista con Carlos Loret de Mola, donde el periodista lo hizo verse realmente mal.

Por una indiscreción supimos que Leonel Cota, empleado del legitimo, ya hasta le propuso el cargo al zacatecano, Raymundo Cárdenas. ¿Y los chuchos estarán pintados?

Buscamos Raymundo Cárdenas. El diputado nos dijo que cualquiera que se quede con la presidencia del partido estará obligado a “superar el PRD”, disolverlo, e ir a la cuarta fusión del partido, con el PT, Convergencia y los seguidores de Patricia Mercado. ¿Cómo la ve?

Alejandro Encinas se reunió anoche con los diputados federales que le son afines. El encuentro del candidato de López Obrador con los legisladores amarillos más radicales se realizó en un restaurante de Insurgentes Sur, en esta Ciudad de México.

Cuauhtemoc Sandoval, uno de sus fans , iba con la idea proponer en ese conclave un “divorcio pactado”, como salida a la crisis provocada por el cochinero en las elecciones internas. El ambicioso proyecto de Sandoval propone distribuir equitativamente las prerrogativas del partido entre las principales tribus, vía modificaciones al Cofipe pactadas con los otros partidos.

También lo escribimos aquí. Arturo Núñez ya está hasta la coronilla de que los representantes de uno y otro candidato bloqueen los cómputos. Alejandro Encinas ya hasta quiere sancionar al presidente del Comité Técnico Electoral, por no darle sus resultados a modo.

El senador tabasqueño amenazó ya con dar a conocer los resultados en las 20 entidades que están computadas, y dejar fuera las otras 12 que no lo están, entre ellas el DF y el Edomex. Eso equivaldría a una “anulación de pleno derecho”, según sus propias palabras.