Mandaderos

La normalización de las interrumpidas actividades en el Congreso, y el formato del debate nacional sobre la Reforma Energética, no dependían ayer de decisiones tomadas en Molino del Rey; en avenida Congreso de la Unión, o en la calle de Xicoténcatl, sino en una modesta casa de las calles de San Luís Potosí, mal llamada sede del gobierno legítimo.

“Lo que Navarrete acuerde en las Junta de Coordinación no es válido para nosotros. La luz verde tiene que venir de San Luís Potosí”, advertía la senadora tabasqueña, Rosalinda López Hernández, la misma que encabezó, junto con el zacatecano Ricardo Monreal, la toma de la tribuna en Xicoténcatl.

Los coordinadores parlamentarios del Frente Amplio Progresista, incluido el perredista de Nueva Izquierda, Carlos Navarrete, fueron reducidos al triste papel de mandaderos del Peje. Lo vimos ayer en la casona de Xiconténcatl. Entraban y salían a consultar con el jefe máximo de las adelitas, las propuestas que se discutían en el seno de la Junta de Coordinación Política, órgano de gobierno del Senado.

Hasta Manlio Fabio Beltrones, para muchos observadores el vicepresidente “de facto”, requería del visto bueno del legítimo para saber si la propuesta y fechas del debate nacional que proponen los priistas –50 días ininterrumpidos, a partir de la expedición de la convocatoria por las comisiones de Energía y Estudios Legislativos —caminaba o era desechada. “Los senadores del Frente Amplio fueron a hacer las consultas pertinentes”, declaraba, resignado, a los reporteros de la fuente.

La propuesta de debate nacional de la Reforma Energética, respaldada por el PAN y el PVEM, promueve la participarían de expertos, académicos, intelectuales, técnicos, trabajadores y directivos de PEMEX, y miembros de la sociedad civil que se interesen en el tema. Se la ofrecían a López Obrador, a cambio del compromiso de normalizar la vida parlamentaria.

Pero la respuesta fue “no”.
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No hay duda. Andrés Manuel López Obrador los trae de cabeza. Los errores estratégicos del gobierno federal y los PAN lo han devuelto al primer plano. En diez periódicos de circulación nacional, el legítimo y sus seguidores eran ayer la nota principal.

En el seno mismo de Acción Nacional, hay senadores que califican de “gran torpeza” haber “petrolizado” el debate nacional, con la presentación tardía de las cinco iniciativas que conforman la llamada reforma energética. “Le echaron los reflectores, e hicieron crecer al enano”, nos dijo, en tono irritado, un legislador azul.

Otro error fue haber sostenido hasta el cansancio que con la reforma energética no se privatizaría “ni un tornillo”. La posibilidad de abrir la construcción y la operación de los ductos y las refinerías a los particulares ha ampliado la percepción de que hay engaño. La población, susceptible a las emociones nacionalistas, reclama un debate más amplio.

Y el que no lo crea, que revise las encuestas.

Andrés, por lo demás, tiene arrodillados a los legisladores del PRD que no le son afines. Los obligó a ponerse en huelga de hambre, que no quieren hacer, en un fallido intento por recuperar la iniciativa que les fue arrebatada por los pejistas.

Un chiste corría ayer entre diputados y senadores en huelga de hambre. Bautizaron a los legisladores del Peje que tomaron la tribuna, y llevaban su casco de petroleros, como los legisladores Kola Loka. “Pega la locura, en lugar de pega de locura”, decían, y se atacaban de risa. * * *
El movimiento de “resistencia” se planeó desde mediados de noviembre del 2007. La idea germinó en la heladería que la hermana de la diputada de Convergencia, Layda Sansores, tiene en la calle de Durango, frente a la plaza La Cibeles, en la Ciudad de México. Siete mujeres -- entre ellas Claudia Sheibaum y Rosalinda Hernández--
discutieron por primera vez con el Peje, acciones para la “defensa” del petróleo, reveló a Arsenal la propia la senadora tabasqueña

Durante semanas mantuvieron el plan en absoluta reserva. Era un asunto sólo de mujeres. En diciembre volvieron a reunirse. Incorporaron a diputadas y senadoras afines a López Obrador, pero sin abrir los planes a todos los integrantes de los grupos parlamentarios del PRD, PT y Convergencia. En ese sigilo actuaron durante meses.

Muchos legisladores hablaban de huelga legislativa, pero muy pocos sabían de que de trataba realmente. El mismísimo Ricardo Monreal ignoraba fecha y hora de la detonación del movimiento. Fue la senadora López Hernández la que le llamó el pasado jueves, , pasadas las ocho de la mañana, para informarle del arranque de la operación. Dos horas después, Monreal recibía las instrucciones del legítimo de encabezar la toma de la tribuna y las adelitas se concentraban en el Hemiciclo a Juárez. Lo demás es historia.

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