El IFE ¿Club de Tobi?

Le preguntamos al diputado del PAN, Héctor Larios, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, si Jorge Alcocer, director de la Revista Voz y Voto, ya tiene amarrado su lugar en el Consejo General del IFE. “Hay una presión muy fuerte para que los tres lugares disponibles sean ocupados por mujeres”, repuso el legislador.

Larios recordó que con la salida programada de las actuales consejeras, Lourdes López y Teresa González, el Consejo General del IFE se quedaría sin mujeres, en caso de que la Junta de Coordinación Política vuelva a elegir sólo a hombres, como sucedió en marzo pasado. La sola idea de que el Instituto se convierta en el Club de Tobi le pone los pelos de punta al panista. “Las presiones apuntan a que no baje el número de mujeres”, puntualizó el hombre.

El IFE que encabezó Ugalde, hasta diciembre del año pasado, contaba con tres mujeres. Las dos mencionadas, programadas para irse el próximo mes de agosto, más Alejandra Latapí. Esta última, quien se subió al ring junto con Luís Carlos en los momentos críticos de su disputa con los partidos, fue literalmente echada del Instituto, en el primer escalonamiento

El diputado externo del PAN, Diódoro Carrasco, presidente de la Comisión de Gobernación, encargada de calificar a los aspirantes, comparte “por razones de equidad”, la preocupación de Larios. Pero advierte, con valentía, que las mujeres van a ser evaluadas en sus méritos “y no sólo por ser mujeres.”

Esta vez se registraron 115 aspirantes --contra más de 300 en el mes de diciembre--, de acuerdo al último corte que aparece en la página de Internet de la Cámara de Diputados. El 60 por ciento son candidatos que repiten, y el 40 por ciento son nuevos. De ese total, 28 son mujeres.
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Jorge Alcocer, uno de los aspirantes más idóneos para ocupar una oficina en Periférico Sur y Viaducto Tlalpan, fue rechazado en el primer escalonamiento más por el veto que por el voto. La fobia de los perredistas, acompañada de un sorpresivo cambio en la postura de los panistas, lo dejó entonces fuera del IFE.

La candidatura del director de Voz y Voto llegó fuertemente respaldada por el PRI y por el senador Manlio Fabio Beltrones, a quien algunos llaman “el señor vicepresidente”. Anteriormente tenía un impedimento legal, que resultó ser el pretexto idóneo para eliminarlo de la contienda: fue presidente de Fuerza Ciudadana.

Ese partido nunca logró el registro, pero fue utilizado como argumento por sus adversarios para dejarlo fuera.. El requisito ya se modificó; jurídicamente tiene la vía libre. Los sospechosistas dicen que fue “un traje a la medida” de Jorge

Diódoro utiliza la experiencia vivida durante el primer escalonamiento para descalificar la versión de que Alcocer, a quien personalmente ha impulsado y defendido, tiene un traje a la medida. “La especulación decía que iba a ser él, pero nade atinó”, recuerda el legislador.

La razón política del veto amarillo tiene sus orígenes en la zigzagueante trayectoria del polémico aspirante. Fundador de ese partido junto con Cuauhtémoc Cárdenas, Alcocer se convirtió, con el tiempo, en subsecretario de Gobernación, en la gestión del priista, Francisco Labastida,

Fue también uno de sus principales asesores del sinaloense , cuando se convirtió en el candidato presidencial del tricolor. Jorge cerró el círculo con la adhesión al equipo de transición del panista, Felipe Calderón, aunque al final no formó parte de su gabinete.
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Florencio Salazar ya la libró. Rindió protesta ayer en la Comisión Permanente como embajador de México en Colombia, luego de fuertes presiones que ejercieron algunos priistas para bajarlo del carro. A él tampoco le perdonan el cambio de camiseta.

Pero Florencio conserva amigos en el tricolor, y finalmente obtuvo la aprobación necesaria. El ex subsecretario de gobernación pasó la prueba con la abstención de los perredistas. Allí también tiene amigos. El mismísimo coordinador de los senadores amarillos, Carlos Navarrete, esperó pacientemente a que los periodistas hicieran su trabajo, para darle un abrazo y desearle suerte.
A Florencio lo vimos contento, relajado. A Xico llegó con su joven mujer y sus dos pequeñas hijas. Nos dice que lleva instrucciones de “cuidar” la relación con Colombia y traer el máximo de inversiones. El tema de las FARC no parece quitarle el sueño. Va a la baja. ¿Y el narco? Le preguntamos. “Esa es la parte difícil. Mi labor será facilitar la labor entre las policías de los dos países”, respondió.