Talibanización de Encinas.

Alejandro Encinas ha sido mencionado varias veces en este espacio. Lo hemos criticado duramente por las posturas radicales que ha asumido desde que se adhirió a la causa del obradorismo derrotado. Pero también le hemos reconocido sus cualidades.

En su tiempo, cuando era Jefe de Gobierno del DF, lo percibíamos como un político inteligente, moderno, plural. Su llegada al Ayuntamiento relajó la tensión en la atmósfera política, provocada por la estúpida terquedad de Vicente Fox en el desafuero.

Pero esa imagen de político moderno se deterioró paulatinamente. La primera decepción fue el triste papel de comparsa que jugó en la toma del Paseo de Reforma. Durante largas semanas, le entonces jefe de gobierno dejó que López Obrador y los suyos estrangularan la Ciudad que mayor respaldo les dio. Nada hizo para devolver la principal avenida a los capitalinos. Era rehén de su jefe político, a quien colocó por encima de la Ley y los derechos de sus gobernados. Asumió gustoso el costo de su complicidad.

Llegó la contienda interna para renovar la dirigencia del PRD. La gestión de Leonel Cota llegaba felizmente a su fin. El de Baja sur había sido el primer eslabón del maximato de Andrés en el partido. Fue un presidente sin personalidad, timorato, obediente, sumiso y muy lejano a la izquierda.

Alejandro se apuntó en la contienda. Segunda gran decepción. Desde a campaña interna dio color. Su lenguaje era el de un izquierdista trasnochado. Los calificativos que utilizaba en sus discursos –derecha rapaz, pelele, espurio—eran idénticos a los de su tabasqueño patrón.

Su línea era de confrontación. Su meta muy clara: ser el segundo eslabón del maximato obradorista. Estaba convencido de que el peso del liderazgo del tabasqueño lo llevaría a ocupar la oficina del octavo piso del edificio de Benjamín Franklin. Le falló. El respaldo del legítimo no le alcanzó. Está más lejos que nunca de suceder a Cota.

La disputa con Ortega, su contendiente en la elección interna, lo ha llevado radicalizarse aún más. A la misiva y la llamada telefónica que le hizo el candidato de Nueva Izquierda para buscar una salida al conflicto, Alejandro respondió con descalificaciones e insultos. “El proceso electoral debe limpiarse; hay que acabar con todo este chuchinero que se presentó el 16 de marzo”, declaró.
La respuesta de Jesús fue inteligente, mesurada. Citó al escritor israelí Amos Oz, premio Príncipe de Asturias de las Letras, para rebatir: "Traidor es quien cambia a ojos de aquellos que no pueden cambiar, de aquellos que odian cambiar y no pueden concebir el cambio. En otras palabras, traidor es, a ojos del fanático, cualquiera que cambia…muy a menudo el fanático sólo puede contar hasta uno, dos es un número demasiado grande para él".

Es de todos conocida la frase que uso el auténtico mesías –no el de petatuix que tenemos aquí – para fustigar a la turba que lapidaba a una adúltera. “El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”. Encinas no puede arrojarle la piedra a Ortega, mientras este aliado con los batres, los padierna, los bejaranos, los barrales
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El gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, giró instrucciones a los integrantes de su gabinete par que “cuiden” el movimiento del magisterio y respeten el plantón que la sección 22 del SNTE realiza, junto con la APPO, en el Centro Histórico de la capital del estado. No quiere repetir el error cometido en el 2006 por su secretario de Gobierno, Jorge Franco: Radicalizar al magisterio, a través de la represión.

Los maestros disidentes ya anunciaron también un boicot a La Guelaguetza, la madre de todas las fiestas en Oaxaca. Hace dos años quemaron las instalaciones se realiza y lograron así que se suspendiera por primera vez en la historia.

Bulmaro Rito, secretario técnico del gabinete de Ruiz, nos asegura, sin embargo, que el gobierno estatal “medio negoció” con los maestros que el boicot sea simbólico. “Se van a ir a otro lado a hacer, ellos, su Guelaguetza popular”, puntualizó el hombre.

El miedo no anda en burro.
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Ante la imposibilidad de obligar a los cableros a transmitir los spots del IFE y de los partidos en tiempos oficiales –no son sujetos de pautado—los consejeros del Instituto comienzan a madurar la idea de tener su propio canal, a semejanza del Congreso, o el Poder Judicial.

La idea se platicó ayer en la reunión del Comité de Radio y Televisión del IFE. “La ventaja es que podríamos aprovechar la prestación, a la que sí están obligados los cableros: por cada 30 canales que se les concesionan, tienen que dar uno”, nos dice el consejero Marco Gómez Alcantar, presidente del citado Comité.

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