El gabinete que no fue

Manlio Fabio Beltrones en la Secretaría de Gobernación; Agustín Carstens en la de Hacienda; Beatriz Paredes en la Sedesol o en Relaciones Exteriores; Carlos Jiménez Macías, coordinador de los senadores del PRI. Esa sería una parte del equipo de Roberto Madrazo si el voto en las urnas lo hubiese favorecido en las elecciones el 2 de julio de 2006.
Lo dijo ayer el ex candidato presidencial del PRI, durante una amena y prolongada comida convocada por él en el restaurante Junan, de Las Lomas de Chapultepec, a la que asistimos Addy García, su eterna colaboradora; el periodista Norberto de Aquino y este reportero.
El tabasqueño narró un singular capítulo sucedido en medio del fragor de la lucha poselectoral. El lopezobradorista zacatecano Ricardo Monreal se le acercó entonces para pedirle que se sumara al "voto por voto, casilla por casilla" que reclamaban los partidarios de Andrés Manuel López Obrador.
Madrazo lo discutió ampliamente con Mariano Palacios Alcocer, entonces presidente del PRI. Ambos concluyeron que el "voto por voto" no le convenía ni al partido ni al país. Eso podría servir de pretexto al TFPJF para anular la elección. Ya había algunos antecedentes. Pero había más. No tenían duda de que López Obrador se montaría en el asunto y no se bajaría hasta que lo hicieran presidente, así resultara perdedor en el recuento. Mariano y Roberto, sin embargo, idearon una estratagema para "medir" qué tan comprometido estaba Luis Carlos Ugalde con el PAN y su candidato, Felipe Calderón. Al consejero presidente del IFE le mandaron decir con Javier Oliva, secretario particular del tabasqueño, que el tricolor respaldaría el "voto por voto".
Oliva nada sabía de la estratagema. Habló con Ugalde, convencido, él también, de que el tricolor se sumaría al reclamo lopezobradorista. ¿Y qué pasó con el presidente consejero del IFE? "Casi le da un infarto…", cuenta el tabasqueño. Ugalde alegó, pidió, suplicó que se calibraran los riesgos de inestabilidad que eso significaría para México. No sabía que se lo estaban choreando.
En la charla en el Junan, Madrazo reiteró que la mayoría de los gobernadores del PRI se "entregaron" a Felipe. En casi todas las entidades gobernadas por el tricolor no hubo movilización a favor del candidato presidencial del tricolor. La derrota fue inevitable. Dice que tres gobernadores no lo traicionaron: el veracruzano Fidel Herrera Beltrán —"por eso no lo quieren en Los Pinos"—, el oaxaqueño Ulises Ruiz y el quintanarroense Félix González.
Uno de los que se le voltearon fue su paisano Manuel Andrade, entonces gobernador de Tabasco. Madrazo lo hizo candidato, lo empujó para que ganara, pero éste le falló a la hora buena. "Ya me habían dicho que me iba a arrepentir", dijo, riéndose de su equivocación. En las elecciones del 2 de julio, el PRI perdió en esa entidad más de 100 mil votos. Dos meses después los recuperó con creces en la elección de Andrés Granier como gobernador de la entidad.
Madrazo se declaró contento por el triunfo de Nueva Izquierda en la elección de delegados al Congreso Nacional del PRD. "Eso va a arreglar al PRI", asegura el de Tabasco. ¿Por qué? Los Chuchos representan una izquierda moderna, moderada, que dialoga, hace política, es antidogmática. No son mal vistos por los empresarios. Si el PRI no se pone las pilas, el PRD los puede rebasar por la izquierda, advierte.
Emilio Gamboa Patrón era uno de los invitados de lujo del gobernador Ulises Ruiz a la amenazada (por la APPO) fiesta de La Guelaguetza, en Oaxaca. Pero el coordinador de los diputados del PRI en San Lázaro no se apareció. Su ausencia causó extrañeza. En un acto previo, en la capital del estado, el legislador había hecho declaraciones de absoluto respaldo a la gestión de Ulises. Muy notorio resultó que ningún otro gobernador del tricolor ni tampoco un alto dirigente del partido hayan hecho acto de presencia. ¿Ya lo dejaron solo? Es pregunta.

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