Manlio vs. Beatriz

La cúpula del PRI se autoderrumba nuevamente y amenaza con aplastar a la base. Los jaloneos y celos entre Beatriz Paredes y Manlio Fabio Beltrones, por la reforma fiscal, son cada vez más frecuentes. Fuentes fidedignas cuentan que, en charlas privadas, el senador se ha quejado de que la tlaxcalteca actúa más como operadora de Felipe Calderón ante los gobernadores de su partido que como presidenta del tricolor.
¿Se les habrá olvidado a ambos lo sucedido entre Fox, Elba y Madrazo?
Otra queja que le han escuchado al político sonorense es que las negociaciones en el Congreso se han visto obstaculizadas por el cabildeo directo del Presidente de la República con los mandatarios estatales. El presidente del Senado jura que a él no le han hablado de Los Pinos para negociar nada.
En la trinchera del PRD las cosas no andan mejor. Andrés Manuel López Obrador, y los partidarios amarillos de "cero negociación" en el Congreso, no acaban de digerir la decisión de sus diputados y sus senadores de hacer el trabajo para el cual fueron electos: legislar.
Y es que van en serio. Participantes en las mesas de negociación aseguran que las bancadas del PRD en el Congreso no se opondrían a la reforma fiscal del Ejecutivo, que descansa principalmente en la Contribución Empresarial de Tasa Única (CETU), si en la negociación se cumplen dos de sus demandas: que tres consejeros en el IFE sean designados por el amarillo y se abra el mercado de medicinas a productos cubanos, entre otros, para abaratar los precios.
Ya que estamos: la Interparlamentaria México-Cuba no fue tan tersa como pareció. Manlio Fabio Beltrones, presidente de la delegación mexicana, cuenta en privado que tuvo un incidente bochornoso. Apenas llegó a la isla, recibió el aviso de que alguien de "primer nivel" lo contactaría para darle un mensaje personal de Fidel Castro. El sábado pasaron a buscarlo al hotel Nacional, donde se hospedaba, para llevarlo con el comandante Ramiro Valdés, número tres del régimen. Pero de plano tuvo que hacerse guaje. No quería salir en la foto. Hay quien asegura que el sonorense se escabulló por la puerta de atrás y dejó plantado al chofer enviado por los cubanos. Beltrones ya les había hecho saber que no tenía interés en entrevistarse con nadie, salvo sus pares de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Uno de los paradigmas de los revolucionarios es la no discriminación. En Cuba parece que ya lo olvidaron. Legisladores mexicanos que asistieron a ese encuentro, en La Habana, se quejan de que a priistas y perredistas "mercedes y escoltas" y, a panistas y los demás, "la guagüita".
Según legisladores mexicanos, que no abrieron la boca hasta estar en territorio nacional, los cubanos quieren condicionar la normalización de las relaciones con México a que se haga lo propio con Venezuela. Quisieron, además, "meter un gol" en el comunicado final. Tenían ya redactada una condena a la decisión de Estados Unidos de exonerar a Luis Posada Carriles, el terrorista que a mediados de la década de los setenta atentó contra un avión de Cubana, pero la "terquedad" del diputado panista Héctor Larios impidió el golazo. El coordinador de la bancada azul en San Lázaro se aferró a que se incluyera, a cambio, una mención crítica a los derechos humanos.
Larios terminó como el "villano" del régimen castrista. En la deslucida cena de clausura, un diputado cubano de plano se levantó de su mesa cuando el panista llegó a sentarse.
Uno que entró en zona de cordura es el doctor Valdemar Gutiérrez Fragoso, dirigente del Sindicato Nacional de los Trabajadores del Seguro Social. Durante su visita, ayer, a Los Pinos, manifestó el "más absoluto respaldo" a la política del gobierno federal para hacer de México un país de leyes, donde prevalezca la paz social y el diálogo institucional. Ante el Presidente Calderón y el complacido director del IMSS, Juan Molinar Horcasitas, el sindicalista condenó cualquier recurso que implique el encono, el uso de la violencia y la confrontación como método.
Viva la congruencia. Mientras Gustavo Iruegas, canciller del legítimo, declaró persona non grata a José Luís Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español; Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del DF, lo recibió con todas las de la ley.

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