El ocaso del radicalismo

"No vamos a arrollar ni a confrontar", dijo a este espacio Jesús Ortega Martínez, luego de conocerse oficialmente que la corriente Nueva Izquierda aplastó a la Izquierda Democrática Nacional y sus aliados en la elección de delegados al Congreso Nacional del PRD.
Nueva Izquierda, anatemizada por los radicales del lopezobradorismo, logró casi 400 congresistas, mientras que la corriente fundada por René Bejarano, el señor de las ligas, apenas obtuvo 80 representantes.
Por paradójico que parezca, la victoria de los chuchos sobre los padiernas, bejaranos, noroñas, batres y anexas, le da una oportunidad al PRD de volver a unirse. Lo contrario sí hubiera puesto a ese partido al borde de la ruptura interna. ¿O usted duda que un triunfo de los ayatolas no hubiese significado para los chuchos un linchamiento interno? Yo no.
Le preguntamos a Jesús sobre las versiones de que Encinas ya habría hablado con él sobre la posibilidad de retirarse de la contienda interna por la presidencia nacional del partido. "Sí he hablado con él, pero no de un posible retiro", aclaró el jefe de NI. Otro motivo de satisfacción para Jesús es que por primera vez en una elección del PRD "no fuimos nota de primera plana". Esta vez, en efecto, unos comicios internos no terminan en medio del escándalo y la descalificación interna.
La corriente que encabeza Jesús, por cierto, ya dio marcha atrás en su intención de elegir al sucesor de Leonel Cota en una elección indirecta. Ni siquiera lo van a meter en la agenda del Congreso. ¿Irán por la candidatura de unidad? Tampoco van a pedir que se elimine la prohibición de aliarse electoralmente con el PRI de Beatriz Paredes. "Está demasiado pegado a la solapa de Felipe Calderón", nos dice Ortega.
Nos llegan reportes de que Juan José Bravo Moisés, director general de Aduanas, está "apanicado" por el caso del chino Zhenli Ye Gon, luego de que la Secretaría de la Función Pública anunció que está abierta una línea de investigación sobre el ingreso de la efedrina a nuestro país.
Bravo nada tiene que ver. Acaba de llegar al puesto. La cosa es que, por instrucciones superiores, no ha movido a uno solo de los colaboradores de José Montalvo Guzmán, su predecesor durante el sexenio de Fox. Es la gestión de Montalvo —amigo de los Bribiesca, íntimo de Gina Morris, asistente personal de Marta Sahagún— la que investiga Germán Martínez.
A César Nava le van a hacer una comida en la casa que Mariana Gómez del Campo, presidenta del PAN en el DF, tiene en la colonia Las Águilas de la Ciudad de México. Al convivio están invitados consejeros panistas que respaldan al secretario particular del Presidente en la contienda interna para suceder a Manuel Espino, en marzo del año próximo.
Mariana, no hay que olvidarlo, es prima de la primera dama Margarita Zavala. No falta, en el interior del PAN, quien vea en este encuentro una señal de apoyo de Los Pinos a la candidatura de Nava.
Una buena idea se trabaja en la Secretaría de Relaciones Exteriores. La necesidad de abrirnos más al mundo ha llevado a la subsecretaria Lourdes Aranda a charlar extraoficialmente con el gobierno de España sobre la posibilidad de que en sus embajadas en África se abra una oficina que se ocupe de los intereses de México. Esto, a cambio de que hagamos lo propio en algunos de los numerosos consulados que tenemos en Estados Unidos. Un ejemplo: en Nigeria, país petrolero por excelencia, los ciudadanos de allá que quieren viajar a México tienen que trasladarse hasta Marruecos, en el norte del continente, para conseguir una visa. Hay que atravesar Níger y Argelia, antes de llegar a la representación diplomática de México más cercana.
A la idea, que tiene enormes ventajas en lo económico, ya le salieron sus críticos. En la cancillería comentan que Manuel Tello, ex canciller, se opone a que México aparezca como inquilino de España. ¿Le parecerá un sacrilegio trabajar conjuntamente con el país que nos conquistó hace casi 500 años? Es pregunta. Lo que sí le adelantamos es que este mismo año ya vamos a tener embajada en Pakistán. Ya vieron hasta el local.