Los motivos de Marcelo

Marcelo Ebrard llegó al Palacio del Ayuntamiento convencido de que no debería de repetirse el conflicto permanente Fox-López Obrador en el sexenio que comenzaba. Había que pensar en un esquema que le permitiera trabajar con el gobierno federal, sin entrar en conflicto con los radicales del lopezobradorismo, dada la coyuntura.
Decidió entonces aplicar, en su relación con Felipe, el principio de coexistencia pacífica, que en el siglo pasado permitió a Kennedy y Kruschev transitar, sin grandes problemas, en medio de la Guerra Fría. Había comunicación y trabajo conjunto con el gobierno federal, pero sin otorgar el reconocimiento al Presidente de la República ni prestarse para la foto.
Hacerlo hubiera significado la inmediata ruptura con el legítimo y su consecuente suicidio político. El GDF tiene mediciones que indican que el apoyo a López Obrador en la capital de la República sigue por encima de 40 por ciento.
El esquema le había funcionado muy bien en los primeros seis meses de su gobierno. La relación caminaba sin grandes conflictos. Pero hubo un cambio de estrategia en Los Pinos, que dio al traste con la coexistencia pacífica.
Ebrard comentó en corto que los estrategas de la Presidencia quieren “meter”, por lo menos dos veces al mes, al presidente Calderón en el Distrito Federal y convencer a los capitalinos de que, a diferencia del jefe de Gobierno, Felipe sí quiere resolver los problemas de esta Gran Tenochtitlán.
La primera señal del cambio llegó con la intervención del Presidente de la República en el tema del drenaje profundo. Calderón alertó sobre la posibilidad de que la Ciudad de México sufra la peor inundación de su historia moderna, “con consecuencias catastróficas para todos”, y llamó a las autoridades capitalinas a que, por encima de diferencias, ponga cada quien de su parte para resolver ya este problema.
“Era como si no quisiésemos cooperar”, se quejó el jefe de Gobierno, y en una charla en corto, advirtió: “Así no podemos acceder, nos aniquilaría políticamente”.
A Marcelo le molestó el mensaje del Presidente sobre el drenaje profundo. Duda que no estuviera al tanto del mensaje que el pesado 27 de abril le envió a José Luis Luege, titular de la Comisión Nacional del Agua, alertándolo de la situación y proponiéndole acciones conjuntas.
Ebrard está convencido de que el objetivo político de la estrategia calderonista es “achicarnos” en el Distrito Federal, arrebatarle el Estado de México al PRI e imponer una “hegemonía azul” en la República.
“A quién no le duelen los fregadazos”, soltó, espontáneo, Pedro de León, diputado del PRD, al comentar la pérdida de los municipios de Zacatecas, que va para el PAN; Fresnillo, al PT; y el revés que se llevó el PRD en las elecciones zacatecanas.
Uno que está en la picota es el senador lopezobradorista Ricardo Monreal, vicecoordinador del grupo parlamentario del PRD en la Cámara alta. Está amenazado de expulsión. Lo culpan de la derrota electoral en Zacatecas. Sus leales contendieron por el PT, dividieron el voto de la izquierda y propiciaron el resultado. Hay más: Su hermano David fue el que ganó Fresnillo. Pero Monreal parece estar tranquilo. Sabe que Andrés Manuel lo protege de los amalios y de Nueva Izquierda.
Una que aparece serena en la derrota es la gobernadora de la entidad, Amalia García. Ayer reconoció que en las urnas se conformó un nuevo escenario político que surge de la pluralidad. Al dar a conocer su posición ante el resultado en las elecciones, señaló:
“Convencida de que el trabajo en equipo es posible en la pluralidad (ojo, López Obrador) convoco a los presidentes municipales y a los diputados salientes a llevar a cabo un proceso de entrega-recepción ordenado y transparente. A quienes asumirán su nueva función dentro de dos meses, les expreso la absoluta seguridad de que el gobierno del estado trabajará en forma coordinada y responsable con todos y cada uno”.
A Tomás Ruiz no parece agradarle la idea de irse al exilio en un consulado estadunidense. Los que lo conocen bien aseguran que busca afanosamente que su amigo Guillermo Ortiz le haga un espacio en el Banco de México, luego de que su madrina, Elba Esther Gordillo, decidiera quitarlo de la presidencia de Nueva Alianza.

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